La guinda del pastel (como no podía ser de otra manera) fue el ascenso al Machu Picchu, que cerró con broche de oro todo un recorrido de varios días a lo largo del Valle Sagrado de los Incas. Incluimos este texto en nuestra sección de crónicas viajeras. *Los enlaces y negrita son agregados nuestros al texto de Nano. Muchas gracias por tu relato:
Día 1: Camino a Lima
Soy de Mérida (Extremadura) y para llegar al aeropuerto de Madrid opté por tomar un blablacar que me cobró 20 euros con equipaje. Tras pasar la noche en un hostal al lado del aeropuerto de Barajas cogí el avión de las 11.00 am de la aerolínea Plus Ultra. Llegué a Lima pasadas las 5 de la tarde.
Tras pegarme una ducha y ser agasajado con un chilcano de pisco, me llevaron a cenar a la Bistecca del distrito de San Isidro; un rico buffet de comida peruana e italiana que contaba con un área de parrilla y wok. Por primera vez me topo con el tiradito (variante del ceviche); el seco de res; la causa; el arroz con pollo y varios platos de la riquísima gastronomía peruana. Precio S/ 100 por cabeza (unos 25 euros) incluyendo bebida.
Paso la noche en casa de mi hermano -que vive aquí desde hace más de 8 años-. Su pisito está en Barranco, al que llaman distrito bohemio de Lima por la cantidad de galerías de arte y bares que pueblan las calles junto a su Plaza central.
Día 2: Ica, Sandboarding en la Huacahina y bodegas de pisco
Nos levantamos bien temprano para ir a conocer la ciudad de Ica y el famoso oasis de la Huacachina. No somos lo suficientemente previsores y compramos el billete de bus con la compañía Cruz del Sur la noche antes, con un costo de S/ 42 por barba (solo ida). La única opción que nos queda es la de las 7.00 a.m., de todas formas nos parece bien para poder aprovechar mejor el día.
Vamos muy cómodos en el bus, con asientos acolchados, reclinables y con una pantalla personal en cada asiento que dispone de música, juegos y películas. La mayor parte de las cuatro horas de trayecto vamos dormidos. Llegamos más o menos a las 11 y decidimos tomar un taxi directamente hacia la Huacachina; Ica no tiene mucho para conocer exceptuando algunos museos en el centro.
El taxi de la calle que tomamos nos cobra S/ 6 hasta la Huacachina. Al llegar, son varias las personas de diferencias agencias las que se acercan para proponernos los paseos en los buggies areneros y el conocido sandboard en las dunas aledañas. Empiezan en S/ 30, aunque puede regatearse hasta los S/ 25. Tras juntar un grupo de seis personas salimos a las 12.00 p.m. hacia el vehículo. *Algo que no te contarán es que hay que pagar al gobierno regional S/ 7,60 al ingresar a las dunas.
El paseo total dura en torno a una hora e incluye el descenso en una tabla de sandboard en algunas rampas de arena. Al no haber practicado nunca sanboarding, las tablas no son profesionales y el descenso se hace tumbado o sentado. El trayecto es muy divertido, y finaliza en una duna empinada desde la que podemos tomarnos fotos con el oasis de la Huacachina al fondo.
Tenemos la vuelta hacia Lima a las 5.00 p.m., por lo que queremos aprovechar para hacer la Ruta del Pisco en alguna de las mejores bodegas de la ciudad. Por tiempo nos ofrecen recorrer tres en un taxi privado de una pequeña agencia por S/ 25. Somos tres personas. Tomamos el taxi en la misma Huacachina y nos dirigimos hacia la Bodega Nietto.
Palmera de las 7 Cabezas |
De la bodega Nietto pasaremos a El Catador y con pena (por falta de tiempo), debemos dejar la Bodega Lazo para otra ocasión.
En la primera bodega nos muestran todo el proceso de elaboración del pisco (que viene de la época del virreinato en el siglo XVI) y hacemos una cata que nos hace salir con una sonrisa del lugar. Tras tomar el bus por S/ 40 cada uno (vuelta), llegamos a las 9.40 p.m. a Lima. El cansancio da para comer algo en el piso de mi hermano, tomar un par de cervezas y dormir hasta el día siguiente.
Día 3: Barranco, algo del Centro de Lima y el pisco sour
Como aún no he tenido tiempo de descansar del largo viaje desde España, decido que hoy no hay prisa para levantarme y salgo de casa tras un buen desayuno a las 10.30 am. Recorro el distrito de Barranco (donde me estoy alojando en casa de mi hermano) y veo la Plaza Mayor, cruzo el famoso Puente de los Suspiros (el cual dicen que hay que atravesar sin respirar para pedir un deseo al llegar al otro lado); y me paro en el Mirador que está junto al pozo y pasando la Iglesia, desde donde puede verse el Océano Pacífico y las costas de Chorrillos, Costa Verde, hasta donde se pierde la vista.
Distrito 'Bohemio' de Barranco con Puente de los Suspiros a mis espaldas |
Tomo un taxi hasta el Centro de Lima donde me voy a encontrar con mi hermano y su prometida. Al llegar a la Plaza de Armas debo rodearla sin acercarme a Palacio de Gobierno porque, según me cuentan los policías, hay una marcha prevista para ese día contra el fujimorismo que controla el Congreso y deben cerrar los accesos. Aprovecho que tengo cerca el Centro de Artesanía del Jirón Camaná y hago algunas compras para regalar a amigos de España.
Junto con mi hermano y su chica nos vamos a conocer el Barrio Chino y probar otra de las grandes joyas gastronómicas del Perú: la comida Chifa. Junto a la famosa entrada roja cedida por el gobierno chino a la ciudad de Lima, nos encontramos con un restaurante chifa clásico, el San Joy Lao. Pedimos los platos clásicos de cualquier chifa: arroz chaufa, tallarines fritos con carne y pato al ajo. Comida muy rica por unos S/ 80.
Tras dar un paseo por alguna de las galerías chinas de la Calle Capón mi hermano me convence de probar el famoso pisco sour en el lugar donde se crea la receta original, el famoso Hotel Maury. Allí el maestro Eloy Cuadros nos confirma que exactamente él crea la receta del cóctel y nos cuenta la forma de preparación. Riquísimo. Salimos riendo del lugar gracias a la graduación alcohólica del pisco sour.
Ya se va haciendo de noche, así que decidimos volver a Barranco para descansar. Comemos algunos embutidos que traía conmigo y aprovechamos para descansar.
Día 4: Callao, Fortaleza Real Felipe y La Punta
También sin prisas este día, nos dirigimos sobre las 11.00 a.m. al Callao (cercano al aeropuerto) para conocer uno de los lugares con más historia de la ciudad: la Fortaleza Real Felipe, construida en el siglo XVIII por los españoles para defender la ciudad de los ataques de piratas ingleses, franceses y holandeses (principalmente).
Por las murallas de la Fortaleza pasaron los realistas, el ejército de liberación comandado por San Martín tras la independencia y ha sido prisión, casa presidencial y símbolo de resistencia. En la entrada encontramos la estatua de uno de los héroes nacionales: Francisco Bolognesi, en dos versiones, una tras recibir una ráfaga de balas en guerra contra Chile y estar ascendiendo al cielo; y otra en la que se le ve en una actitud más heroica, alzando la bandera del Perú e instando al ejército a pelear.
Entrada a la Fortaleza Real Felipe (el día estuvo nublado) |
Tras esta visita vamos a una calle aledaña en la que se encuentra una iniciativa cultural llamada Monumental Callao (Jr Constitución 250), un paseo y galería de arte en la que se pueden encontrar obras de algunos de los artistas más destacados de Lima. Allí nos topamos de casualidad con Lúcuma, el seudónimo de un expresidiario que cambió su vida gracias a la pintura y que a día de hoy es un referente para el arte nacional.
Tras comer en un pequeño restaurante que se encuentra en la misma calle y probar el plato bandera de ceviche, nos vamos a conocer el cercano barrio de La Punta, un barrio de inmigrantes italianos que se adentra en el mar y que tiene una pequeña zona de casas bajas pintadas de colores llamada Chucuito. Una combi nos adentra en La Punta por S/ 0,50 hasta la plaza. Es un barrio tranquilo, de casas bajas, con varios restaurantes tradicionales y cafeterías. Damos un paseo respirando el aire de mar.
Como el café en Lima no me está pareciendo bueno y todo lo que me han dado hasta el momento es aguachirri, mi hermano me dice que vayamos al Neira Café Lab de Miraflores para probar un buen café. Mi hermano se ha empeñado en contarme que pese a que no hay una cultura cafetera -como la puede haber en Colombia- el café peruano está considerado como uno de los mejores del mundo. Es cierto, el café que nos tomamos es una delicia.
Para cerrar el día me dicen que debo probar otro de los mejores platos de la gastronomía peruana: el Pollo a la Brasa. Me llevan a uno de los mejores restaurantes de pollo de Lima, Pollos Primos. El sabor es realmente de pollo a la brasa, con un toque de leña y pellejo crujiente; me dicen que lo único que deberían mejorar es el ají, pero de todas formas como no he probado el ají -ni pensé en hacerlo durante todo el viaje- no es algo que pueda asegurar.
Día 5, 6 y 7: Celebración y descanso
El quinto día coincidía con sábado y la boda de mi hermano. Todo ese día fue de preparaciones, y posteriormente de celebración hasta pasada la medianoche. Como regalo me reservan esa noche en el Hotel Libre de Miraflores para que esté cómodo. El hotel es muy moderno (lleva unos 4 meses abierto) y tiene todas las comodidades. Me levanto sobre las 9.00 am y aprovecho el rico buffet desayuno que me ofrecen.
Aprovecho el sexto día para pasear por Miraflores, conocer el Parque del Amor, el malecón por el que pasean decenas de turistas, y llego hasta el conocido Larcomar, un centro comercial que tiene de todo (tiendas de ropa, música, restaurantes, librerías, teatro...), con unas bonitas vistas al océano Pacífico. Paro a comer en la Trattoria di Mambrino y como muy rico por unos S/ 120. Hay que decir que el lugar al ser muy turístico, tiene restaurantes caros, aunque también hay Burguer King, KFC, y otras franquicias de comida rápida.
El famoso Lomo Saltado |
El día 7 es lunes y víspera del viaje a Cusco, así que la mañana la dedico principalmente a ordenar la maleta, comprobar billetes de vuelo, de tren y echar ropa de abrigo (ya me han dicho que pese a estar en temporada seca el frío en la noche puede llegar a los 0 ºC). Durante la tarde damos un pequeño paseo por Barranco y tomamos una cerveza y un piqueo (anticuchos, tequeños, brochetas), en uno de los locales más 'chic' del barrio, Ayahuasca.
Día 8: Llegada a Cusco, ¿mal de altura?
Tomamos el vuelo de las 11.35 a.m. destino Cusco con la aerolínea Peruvian Airlines. Por suerte no hay un retraso considerable (algo que nos decían que era bastante común) y el avión despega a las 12.00 p.m. El vuelo tarda aproximadamente una hora, para la 1.15 p.m. ya estamos saliendo del aeropuerto. Para ahorrar no toméis los taxis que ofrezcan en la entrada; probad a salir a la calle y preguntad precios. Regatead hasta los S/ 7-S/8. Nos dijeron que en la puerta de salida pasan buses, así que tomamos uno que iba hasta la Plaza de Armas por S/ 1 por cabeza.
Para no tener problemas, lo primero que hacemos es ir a comprar el famoso Boleto Turístico (BTC) que tiene validez por 10 días y da acceso a la mayor parte de atracciones turísticas de la región de Cusco (Sacsayhuamán, Q'enqo, Puka-Pukara y Tambomachay (a las afueras de Cusco); Pisac, Ollantaytambo, Chinchero y Moray (en el Valle Sagrado); y Tipón y Piquillacta (en el sur).
El famoso Boleto Turístico |
Entrada para Machu Picchu comprada en el mismo Cusco |
La fundadora de Qosqo Maki, la francesa Isabelle nos cuenta cómo funciona la Ong y nos invita a un mate de coca para evitar el mal de altura. Por cierto, ¿mal de altura? Exceptuando una pequeña sensación de falta de oxígeno no noté sus síntomas (también es verdad que tomé unas pastillas llamadas Altivital para evitarlo), pero sí vi cómo una chica catalana que se hospedaba con nosotros casi se cae al levantarse rápido de una silla. Desoyendo amablemente a Isabelle, salimos a conocer Cusco sin tumbarnos un rato para aclimatarnos a la altura.
La famosa piedra de los 12 ángulos |
Tras una ducha en Qosqo Maki y contactar con un taxista recomendado, vamos a tomar una chicha de jora (cerveza de maíz) a una picantería cercana y luego a cenar con un amigo a la pizzería Chez Maggy (hay varias en Cusco). Aunque nos dan varios nombres de restaurantes gourmet en Cusco, preferimos comer las clásicas pizzas de horno de leña y también ahorrar algo de dinero.
Día 9: Vamos a conocer el Valle Sagrado de los Incas
El taxista llamado Sr Luciano Salas se ofrece a llevarnos hasta Yucay (a pocos kilómetros de Urubamba), donde tenemos pensado pasar la noche antes de ir a Aguas Calientes (Machu Picchu Pueblo), por un precio de S/ 200 (unos 50 euros). Esto incluye tiempo de permanencia indefinido en las atracciones hasta que salgamos de nuevo al vehículo. Nos parece bien teniendo en cuenta que estará varias horas con nosotros (desde las 8.00 a.m. hasta las 18.00 horas aprox.).
Arrancamos nuestro trayecto a través del Valle Sagrado parando en Tambomachay, un pequeño recinto cuya función sería la de rendir culto al agua en la época del Imperio Inca. Es la hora de inaugurar el Boleto Turístico del Cusco. El ascenso finaliza en tres pequeñas fuentes de las que aún mana un agua cristalina proveniente de un manantial cercano. Se cree que el espacio intermedio estaría formado por un jardín de uso recreacional.
Aprovechamos que nos encontramos casi en frente de la fortaleza de Puka Pukara (llamada así por el color rojizo de sus muros; "puka", significa rojo en quechua), para acercarnos a conocer. Parece que mientras que el Inca descansaba en los jardines de Tambomachay, su comitiva de soldados y sirvientes esperaba en Puka Pukara. Aunque no tan bien conservada, aún son visibles los cimientos de su plaza circular y murallas adyacentes.
De ahí salimos hacia uno de los puntos principales del Valle Sagrado, el pequeño pueblo de Pisaq y su mercado de artesanía, y las magníficas ruinas incas que se conservan a pocos metros. Como queremos aprovechar el día al máximo no nos tomamos mucho tiempo en el mercado y pasamos viendo la mercadería casi de reojo, observamos la Plaza y de ahí le comentamos al Sr Luciano que continuemos hacia las ruinas.
Al entrar en las ruinas incas de Pisaq decidimos contratar un guía para enriquecer la experiencia (mi hermano fue tajante en este sentido). Finalmente tras preguntar en la entrada, nos presentan a Darío, que nos cuenta que hay varios guiados según duración: 45 min, 1.15 horas; 1.45 horas. Para el tour de 1.45 nos cobraría S/ 70 a los tres. Tras un regateo accede a S/ 60.
Desde aquí queremos recomendaros que preguntéis por él si vais a Pisaq; además de explicar de forma clara y didáctica, nos cuenta que nació en el mismo Pisaq y nos cuenta historias personales y de la zona. Recorremos la mayor parte del sitio arqueológico dando la vuelta a las ruinas, avanzando desde las primeras muestras de terrazas agrícolas (donde se cultivaban principalmente papa, maíz y granos andinos) hasta sus edificaciones con fines religiosos, destacando un observatorio astrológico que definiría gran parte de su cosmovisión.
Pisaq, Valle Sagrado |
Como aún vemos que tenemos bastante tiempo hasta la tarde, le pedimos al Sr Luciano que nos haga un precio económico por llevarnos también a conocer las Salineras de Maras y Moray. Nos suma S/ 70 a los S/ 200 convenidos. Nos parece bien y tomamos un camino desde Urubamba a estas dos atracciones (nos quedaremos sin conocer Chinchero por falta de tiempo).
*Dato. Las Salineras de Maras no se encuentran en el BTC, por lo que pedirán S/ 10 en el ingreso.
Aprovechamos en las salineras para comprar la famosa 'sal rosada de Maras', una variedad de sal casi única en el mundo (solo se elabora en cuatro puntos del mundo, Maras uno de ellos), que está siendo exportada a todo el mundo como producto gourmet gracias al boom culinario de la gastronomía peruana. El paquete está en S/ 5, tanto en formato grueso, como en fino. También hay otros productos como sal con ají, sal ahumada e incluso chocolate con sal de Maras.
Salineras de Maras, Valle Sagrado |
Tras conocer Moray hacemos el camino inverso hasta llegar nuevamente a Urubamba. De ahí nos dirigimos unos 5 minutos hasta Yucay para llegar a nuestro alojamiento en el Valle Sagrado, The Sacred Valley Lodge by Chio Lecca, en la Plaza Manco Segundo 107 de la población. Este alojamiento, creado por la famosa diseñadora Chio Lecca, funciona también como escuela de moda para profesionales textiles de la zona, muchas de ellas quechua hablantes de la zona de Cusco y Puno.
Tras pegarnos una ducha en el alojamiento, decidimos partir a Urubamba para cenar otra de las famosas pizzas del lugar. Llegamos en unos minutos desde Urubamba en mototaxi (¡toda una experiencia!) por S/ 3. Hacemos la vuelta de la misma manera.
Día 10: ¡¡El cansado y mágico ascenso al Machu Picchu!!
Nos levantamos muy tempranito, 4.40 a.m., para tomar el tren de las 6.15 a.m. que sale desde Ollantaytambo dirección Aguas Calientes. Para ello reservamos el día antes un taxi que estaría esperándonos en la puerta del hotel a las 5.00 a.m en punto. Desde Yucay a Ollanta debimos tardar unos 40 minutos a buen ritmo. Los billetes de tren los adquirió mi hermano el mes anterior a mi llegada en el stand de Peru Rail que hay en Larcomar. Lamentablemente para él (que tiene residencia), no pudo pagar el servicio que existe para peruanos por S/ 10. Una jugada fea por parte de la empresa Peru Rail, que sabe que como no habrá tickets en temporada alta porque las agencias los compran todos, la gente desde Lima no tendrá otra opción que comprar el precio extranjero.
El precio es excesivo: US$ 120 por un trayecto de una hora en el que el tren -por la orografía- no puede superar los 50 Km/h. Ni siquiera el desayuno que dan por ese precio es bueno, una galleta de granos andinos con un café malo. Es la única opción de viaje si no se quiere hacer el 'Camino de la Hidroeléctrica' que toma casi un día entre transporte y caminata de 3 horas., así que se aprovechan... Algunos turistas bajan en el Km 82 para hacer el Camino Inca. Nosotros seguimos a Aguas Calientes.
Llegamos a Aguas Calientes sobre las 7.30 a.m. y como no hemos reservado hotel nos ponemos a buscar en el lugar. Al ser un lugar turístico existen decenas de opciones de alojamiento en todas sus calles. Tras preguntar en tres lugares sin éxito nos topamos con un par de habitaciones libres en el Hotel-Restaurante Jairito (Av. Pachacútec 404), un sencillo y humilde hostal que se encuentra en la cuesta que sube de la plaza a las Aguas Termales. Nos cobran S/ 70 por habitación doble. Aunque sencillo, las camas son cómodas, tienen baño privado con agua caliente y el wifi va perfecto. Más que suficiente para descansar unas horas.
Como hemos llegado temprano a Aguas Calientes y nuestro turno de entrada a Machu Picchu es a las 12.00 p.m., pensamos que una forma de ahorrar unos dólares es hacer el ascenso a la entrada de la ciudadela caminando... ¡¡Si lo hubiese sabido!! Ahora os cuento por qué... Por cierto, comprad abundante agua...
El ascenso a pie a Machu Picchu comienza bajo el puente que se encuentra junto al mercado -cerca de donde se toman los buses-. Es fácil reconocerlo porque verás a gente con mochilas haciendo el mismo recorrido. Tras pasar el Mariposario (nos contaron que era muy bonito pero no entramos por tiempo), llegaréis a un puente en el que un guarda os pedirá el pasaporte y boleto de entrada a Machu Picchu. De ahí lo que encontraréis será un empinado cúmulo de tramos de escaleras que parecen no acabar nunca.
Sudorosos en el ascenso a pie a Machu Picchu... ¡Una tortura! |
Al llegar a la entrada del Machu Picchu buscamos un guía; la normativa dice que es obligatorio aunque finalmente no es así. No obstante queremos apreciar bien la historia del recinto y nos parece lógico pagar algo por sus servicios. Para que sea más económico, el guía nos propone esperar unos minutos hasta que junte un grupo de mínimo 6 personas. Finalmente entramos con una pareja más y su hijo pequeño. Aún conservo la tarjeta del guía, Milton Ataulluco, por si puede interesaros.
El recorrido comienza con una breve historia sobre el "descubrimiento" del Machu Picchu por parte del norteamericano Hiram Bingham y los niveles que posee el Machu Picchu, el cual era un principalmente hogar para nobleza, sacerdotes y jóvenes dedicadas al culto del sol, el agua y las estrellas.
Poco después vendrá la clásica fotografía en la que puede verse el Huayna Picchu de fondo. Seguimos el recorrido descubriendo las principales características de la arquitectura inca (dividida entre construcciones urbanas y construcciones con carácter religioso y de culto), y algunos de los famosos templos que se encuentran en su interior. Pasamos por la Intuhuatana (el reloj solar del que dicen mana gran parte de la energía del lugar) y finalizamos en el Templo del Cóndor, en el que puede verse claramente la imagen de un cóndor tallado en diversas rocas.
La sensación que uno tiene visitando el Machu Picchu es indescriptible, por lo que recomiendo a los lectores que lo visiten para armarse una idea clara de lo que es. La energía del lugar, el aire, parece de otro planeta. Según el guía, existen varios lugares en el mundo que conservan una veta especial de la que emana una energía natural sin precedentes... y el área del Machu Picchu es una de ellas.
Templo del Cóndor en Machu Picchu (la piedra junto a mí es la cabeza; esa especie de semicírculo es el collar del cuello) |
Salimos del lugar a las 5.00 p.m. Como dormimos en Aguas Calientes y aún tenemos toda la tarde, decidimos ir a conocer las famosas aguas termales que dan nombre al pueblo. Si habéis olvidado la ropa de baño no os preocupéis, en la cuesta que asciende a las aguas encontraréis varias tiendas que alquilan bañadores y toallas. 2 toallas por S/ 5. Por los bañadores creo que pagamos S/ 3 por cabeza. A la vuelta os esperarán para devolverlos. La entrada a las aguas termales está en S/ 20 para turistas extranjeros y S/ 10 para locales.
Al estar anocheciendo el frío ya va siendo durillo, por lo que entramos en las aguas con rapidez. Según los carteles que hay frente a las 3 piscinas termales, estas aguas tienen propiedades curativas, ayudando a la mejora del riego sanguíneo, facilitando la digestión, y cuentan con componentes químicos como el calcio, sodio, potasio, hierro, magnesio, yodo, boro, sulfatos, entre otros. Algo que nos sorprende es que hay un pequeño altavoz del que sale música salsa, reguetton, pop, y hay un chico que sirve cervezas y cócteles del bar. Nos pedimos 3 cervezas para relajarnos del palizón del ascenso y la bajada y nos relamemos con su frescor entre el calor de las aguas. Es el primer momento en días en el que descanso las piernas tras tanto caminar.
Tras el relajante baño dejamos nuestra ropa de baño y toallas en la tienda y nos dirigimos al hotel para cenar algo. Pese a que pasamos varios restaurantes -la mayoría ofrecía pizza a la leña-, preferimos cenar en nuestro mismo alojamiento para estar junto a las habitaciones y no andar más por el día de hoy. Nos sentamos en la entrada, junto al tibio calor del horno de leña. La pizza creo recordar que tenía un precio de S/ 30. Pedimos dos y acabamos satisfechos. Pedimos además una oferta de 4 copas por S/ 25 (2 pisco sours y 2 chilcanos de pisco), que traían unos nachos con guacamole como cortesía. Tras la rica cena nos dirigimos a nuestras habitaciones. A las 4.40 debíamos estar en pie.
Día 11: Vuelta de Aguas Calientes y Alrededores de Cusco
Por suerte la estación de trenes está muy cerca del alojamiento y tardamos unos 10 minutos en llegar andando. Tomamos el tren de regreso a Ollantaytambo a las 5.35 a.m. No sabemos por qué pero el regreso tarda algo más que la ida, llegamos a Ollantaytambo casi a las 7.30 a.m.
Las ruinas incas del pequeño poblado se encuentran al lado de la estación, por lo que decidimos verlas con detenimiento antes de la vuelta a Cusco y seguir aprovechando el Boleto Turístico. En la puerta nos dicen que no hay guías en el recinto pero que pueden llamar a uno para nosotros. Le decimos al guarda de la puerta que podemos esperar unos minutos. Cuando llega la guía el precio nos parece elevado (S/ 130 por un tour de hora y cuarenta y cinco minutos), aunque nos aconseja esperar a un grupo de 6 personas para abaratar costes. Tras unos minutos consigue reunir las 6 personas y arrancamos el tour. Al ser temprano apenas hay turistas en el recinto.
Hemos de decir que el tour fue increíble, recorriendo TODO el recinto en más de 2 horas y 30 minutos. El precio final es de S/ 30 por cabeza pero debemos reconocer que estuvo muy bien. Una de las cosas que nos hace notar es que los guiados que traen los tours pagados suelen ser rápidos para ver lo máximo en un día, por lo que el turista pierde muchos detalles. Nosotros nos vamos con la sensación de llevarnos lo máximo de Ollantaytambo, que puedo decir que me gustó casi tanto como el Machu Picchu, en parte por las buenas explicaciones de la guía.
Hay que destacar que Ollantaytambo (pueblo) está reconocido internacionalmente por ser el único "Pueblo Inca Viviente", en el que se mantienen las tradiciones, costumbres y leyes que regían durante el imperio Inca; entre ellas tierras comunales hereditarias, penas contra la vagancia y el robo de destierro y linchamiento popular, o matrimonios con miembros de otras familias incas. La guía -miembro del consejo popular de Ollantaytambo- nos cuenta estas historias de cultura viva mientras recorre una por una todas las áreas de la fortaleza de Ollantaytambo.
Vista del poblado 'inca viviente' de Ollantaytambo desde sus ruinas |
Templo del Sol en Ollantaytambo (tremendas rocas de granito de varias toneladas) |
Tras reponer fuerzas tomamos un colectivo que sale junto al mercado por S/ 3 hasta Calca, donde comemos en casa de unos amigos de mi cuñada que se encuentra en pleno Valle Sagrado. Tras la visita decidimos darnos prisa para poder aprovechar las últimas ruinas que tendremos tiempo de conocer: Saqsahuaymán y Q'enqo.
Desde Calca tomamos otro colectivo por unos S/ 3-4 si no recuerdo mal que nos deja frente a Q'enqo. Allí hacemos un recorrido rápido en el que vemos el recinto y la famosa cueva con su piedra de granito dedicada a los sacrificios animales pero también humanos. Como vamos sin guía el recorrido se nos hace corto. Tras salir y caminar unos minutos llegamos a la cercana fortaleza de Saqsahuaymán, lugar de culto dedicado al dios del rayo (de hecho sus zig zag simulan los rayos) y que es también parte del antiguo plano de Cusco que tenía forma de Puma.
En Saqsahuaymán sí queremos hacer guiado para no perder detalle de su historia, aunque el guía no nos gusta. Nos pedía S/ 40 por cabeza (timo total) por un recorrido de hora y media y S/ 20 si era de una hora. Le dijimos que el de S/ 20 estaba bien, cosa que se ve que no le gustó, pues hacía tiempo y notábamos que se ralentizaba a propósito para no explicarnos todo. No recuerdo el nombre, si no os diría que no lo tomarais.
Centro del recinto de Sacsahuaymán |
Para cenar mi cuñada propone probar las hamburguesas de la famosa franquicia peruana Bembos (algo así como el McDonald peruano). La hamburguesa es grande con un buen trozo de carne. Pido la que lleva queso y huevo por unos S/ 18 (5 euros) en combo. Para finalizar el viaje a Cusco nos vamos a un local llamado Indigo por la zona de marcha, donde ponían música rock y tomamos un par de copas. El local también sirve comida vegetariana.
Día 12: Cusco-Lima jarana limeña Fiestas Patrias
Nos levantamos con pena por ser el final de nuestro tiempo en Cusco y reservamos la mañana para conocer el Q'oricancha, el famoso Templo del Oro que se encuentra en la Av. Sol en pleno centro de Cusco. De hecho la palabra Q'oricancha proviene de las palabras quechuas 'Cori' (oro) y 'Cancha' (templo), siendo el principal templo sagrado de la ciudad de Cusco.
Con la llegada de los españoles, los dominicos construyeron sobre sus cimientos el Convento de Santo Domingo, que sufrió graves daños en los terremotos de 1650, 1749 y 1950. Como curiosidad, destacar que la arquitectura previa inca no sufrió desperfecto alguno gracias a su ingeniería antisísmica. Con la llegada de los españoles, el Q'oricancha fue entregado a Francisco Pizarro y saqueado de los materiales preciosos que lo cubrían y las estatuas tamaño natural de oro de dioses y llamas ceremoniales.
Estructura del templo original inca dentro del Convento de Santo Domingo |
Vista de los jardines del Q'oricancha desde su interior |
Maqueta del Q'oricancha original |
El día de hoy coincide con el 28 de Julio o Fiestas Patrias, el día en el que se proclama la independencia de Perú y fiesta principal del país. Todas las casas ondean sus banderas y las personas muestran orgullosas sus escarapelas rojiblancas. Como españoles creo que no podemos entender esto, pero Fiestas Patrias es una muestra inmensa de patriotismo sin vergüenzas ni prejuicios, con todos los peruanos diciendo que lo que les une es la búsqueda de un país mejor. No puedo dejar de tener envidia por esta unión que no vemos en Europa...
Por la noche a las 8.00 p.m. hemos reservado mesa en una peña criolla llamada 'Don Porfirio', que son bares clásicos donde hacen actuaciones en vivo de canciones populares peruanas (valls criollo, afroperuano, marinera, saya). Las canciones y bailes en directo son muy bonitas, con gritos de Viva Perú cada cierto tiempo. Pedimos cerveza, y para acompañar el conocido plato peruano Lomo Saltado, que dicen es la especialidad del lugar.
Los bailes se van sucediendo y gente del público sale a bailar. Entre ellos me cuentan que hay varios campeones nacionales de marinera (un bonito baile peruano con pañuelos que simula el cortejo de un gallo). Al finalizar la velada -y un poco antes de irnos- en una mesa cercana canta algunos vals criollos la cantante afroperuana Teresa Palomino, señora de unos 80 años con una energía que cautiva a los que estábamos presentes.
Junto a la cantante afroperuana Teresa Palomino |
Día 13: Lima relax
En este punto no tengo mucho que contar, pues básicamente fue un día para disfrutar de la familia y descansar. Por un solo día me permito el lujo de levantarme a las 11.00 a.m. y desayunar tranquilo un café y pan con palta (aguacate), del que me hice fan.
Sobre la 1.30 p.m. vamos a conocer el tradicional distrito de pescadores de Chorrillos y paseamos por el malecón. El día es frío pero con un tímido sol que se deja ver entre el mar Pacífico. Como he probado prácticamente los platos típicos de la gastronomía peruana, me proponen comer una buena carne y vamos al Hornero de Chorrillos. Pedimos una parrilla para 4 (de la que pueden comer 8) que incluye bife, chorizo, morcilla, anticucho, mollejas, cerdo y pollo. Todo excelente.
Tras un buen almuerzo y un buen café, no queda mucho más tiempo de la tarde y me dedico a empacar los regalos y hacer las maletas. En la noche vamos a ver una obra de teatro peruana muy divertida llamada ¡Oh, por Dios!, interpretada por tres de los actores cómicos más reconocidos del país: Franco Cabrera, Manuel Gold y Guillermo Castañeda. Si estáis con un ratito libre la verdad es que es muy recomendable, aún creo que estará en cartel otro par de meses.
Obra ¡Oh, por Dios! en el Centro Comercial Plaza Norte |
Día 14 Lima-Madrid
Hora de decir adiós a Perú. Mi vuelo sale a las 3.30 p.m., así que me convencen de comer un último ceviche en el restaurante Beto's de Chorrillos (ya me habían dicho que era muy rico y barato). Aunque ya os comenté que no soy muy fan del pescado (y menos crudo), he de reconocer que me gustó el ceviche; pedimos también un tacu tacu de mariscos y causa rellena. Esta comida marina fue mi despedida de la ciudad de Lima.
¡¡Adiós Perú, espero regresar algún día!! |
Marceliano 'Nano' Cruz, Viajes del Perú
Agosto del 2018
info@viajesdelperu.com
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