30 días de viaje por Perú de Rai y el coronavirus (parte II)

Continuación del viaje de Rai por Perú durante 30 días. En esta crónica el lector podrá descubrir los siguientes días de confinamiento de Raimon y acompañarle en su regreso a Barcelona.

Día 17: ¿Y ahora qué?

Día 1 de confinamiento. Los murmullos se oyen por todo el hostel a primera hora de la mañana. Salir a la calle está prohibido (salvo para tareas esenciales como ir a la compra o a la farmacia) y a todos los turistas que nos encontramos en Cusco nos asalta la misma pregunta: ¿Y ahora qué?

Al llegar al centro del salón de la típica casa de estructura colonial del hostel, dos chicas de Barcelona toman el mando de la organización. Previo acuerdo con el manager de Dragonfly hostel, comienzan a organizar primero una asamblea general y posteriormente una serie de actividades y dinámicas para conocernos. Se nota que vienen de la cultura del "Esplai", una especie de boy scouts catalanes laicos.

En la asamblea un chico colombiano propone que al estar confinados por "obligación" y no por voluntad propia, no deberíamos pagar por estar en el alojamiento. Las dos chicas de Barcelona refutan que al estar en casa, estaríamos pagando un alquiler y que debe cumplirse el pago; me enteraré poco después que ellas por su tarea de "organizadoras" no pagaban nada al hostel (la fórmula de trabajo a cambio de alojamiento está extendida entre hostels de Perú, y es buena opción para mochileros de viajes largo).

Yo pienso que lo justo sería un término medio: pagar una parte pero no el total del alojamiento, sin embargo no entro a valorarlo por estar pagando S/ 20 la noche en oferta (unos € 5). Comparto comida con el chico colombiano, que poco después se iría a un hostel cercano que permitía el hospedaje de manera gratuita por solidaridad con viajeros varados en Cusco a causa de la situación.

En nuestro hostel, mientras tanto, las dinámicas de las dos chicas nos sirven para conocernos más y distraernos del encierro. Las actividades se completan con una charla sobre la COVID-19 impartido por una de las chicas que es enfermera. Se hacen turnos para cocinar (la cocina es pequeña) y se crean unas normas para la convivencia.

Estos días van a comenzar a parecerse unos a otros. Lo más curioso de esta cuarentena es que la realizo con más de 30 personas de distintas nacionalidades, a miles de kilómetros de casa, a 3.339 msnm y sin saber cuándo terminará el confinamiento y podremos regresar a nuestros lugares de origen.

Día 18: Sigue la cuarentena en el ombligo del mundo

Día 2 de confinamiento. Los antiguos incas llamaban a la ciudad imperial Qosco, de la que luego derivó Cusco, que en lengua quechua significaba 'el ombligo del mundo'. En nuestro particular ombligo del mundo la realidad se ha ceñido a un grupo de personas que tratan de sobrellevar de la mejor forma la cuarentena en un estado de incertidumbre.

Me levanto alrededor de las 9.00 a.m. ya que el desayuno está incluido en el precio y no lo servirán hasta las 10.00 a.m. A las 11.00 a.m. comienzan unos ejercicios de actividad física impartidos por un chaval de Almería que ejercía de instructor antes de dedicarse a viajar por el mundo.

Ejercicio físico en confinamiento Cusco

Tras el ejercicio físico un chico hindú imparte unas clases de respiración. El ánimo está alto.

Clases respiración en Cusco

Después de haber comprobado en días anteriores que la cocina peruana cuenta con bastante protagonismo cárnico, decido apuntarme al grupo de cocina vegetariana ya que cuenta con el chico hindú y un chico italiano, ambas gastronomías de mi interés. Pasamos lo que queda de la tarde noche conversando y contando historias de nuestros diferentes países y respectivos viajes. El tiempo pasa rápido en la cuarentena, al menos por ahora.

Día 19: Los cazadores de borrachos

Día 3 de confinamiento. Poco a poco empiezan a haber ciertas rutinas. Lo cual, sin duda, supone un gran contraste, puesto que uno se había acostumbrado a la bendición del viajero, esto es, ver paisajes nuevos cada día, nuevas caras también y nuevas experiencias.

La maldición del viajero sería, por el contrario, no poder estar nunca completamente satisfecho puesto que siempre va a haber un mundo inabarcable por explorar allá fuera. Nos enteramos este día que no es posible comprar alcohol, además del toque de queda impuesto en el país entre las 20.00 horas y las 05.00 horas (que luego incluso se extendería, hasta llegar al punto en que los ciudadanos con DNI terminado en número par podrían salir a la calle unos días conctretos, mientras que los que terminaran en número impar, otros).

De hecho circulan rumores de que han cerrado algún que otro hostel donde seguían celebrando fiestas. Algunos teóricos de la conspiración piensan que son rumores y habladurías puesto que esa misma noche tenemos fiesta de cumpleaños en Dragonfly de una chica chilena por su 30 cumpleaños y quieren que nos comportemos.

Como en una historia de misterio nos cuentan entrecerrando los ojos y mirando alrededor, historias de policías entrando atropelladamente con alcoholímetros a los hostels, mientras la gente grita y corre de un lado para otro. Algunos se ponen nerviosos, ya que en el Dragonfly queda, y se sirve alcohol.

Llegada la noche, compartimos una bonita cena en comunidad, seguida de una animada fiesta en la cual, entre cócteles de pisco como el pisco sunrise y alguna que otra chela artesanal Chamán IPA, uno fácilmente olvidaba que estaba confinado contra su voluntad, hasta que, poco después de la medianoche, el personal del hostel apagó la música y la fiesta se fue diluyendo en la oscuridad de la sala.

Dragonfly Hostel Cusco

Día 20: Jugar en los días de cuarentena

Día 4 de confinamiento. El grupo del que formo parte en el hostel cuenta con un bebé de 14 meses que suele saludarme cada mañana al percatarse de mi presencia, y un gato que campa a sus anchas por las estancias. Después de cuatro días en el hostel todos nos conocemos por nuestro nombre y compartimos nuestras alegrías y tribulaciones.

Tras el desayuno es ya costumbre realizar los ejercicios para mantenernos en forma y tener la mente en otro lado. Para ello, el patio de la casa colonial en la que se encuentra el hostel es crucial.

Pero para mí, lo mejor que pudimos tener entre todas esas paredes fue el futbolín. Hubo algún que otro torneo (también de ping pong), además de partidas espontáneas llenas de competición, adrenalina y emoción.

Dragonfly hostel Cusco futbolin

Sin embargo, lo más destacable de este día 20 es el taller de brazaletes, por novedoso y entretenido. Este taller fue impartido por una pareja de viajantes argentinos que eran expertos en la materia. Así que pasamos una tarde entretenida y nos llevamos, además, una pulsera de recuerdo.

Brazalete hecho en Peru Cusco

Cualquier distracción o pasatiempo a estas alturas era más que bienvenida. Comienzan a llegar informaciones bastante confusas sobre un vuelo que está próximo a partir en dirección Madrid y que está gestionándose con las autoridades peruanas.

Cartel de la Embajada de España en Perú

El teléfono de contacto con la Embajada de España en el Perú siempre comunica y los correos que enviamos a la dirección alternativa no obtienen respuesta. Parece que mañana sale un bus hacia Lima de ciudadanos franceses. Los ciudadanos con pasaporte español seguimos abandonados a nuestra suerte.

Ante la inacción de la Embajada se empiezan a organizar grupos improvisados en Whatsapp como "Españoles atrapados en Cusco", donde aparecen de cuando en cuando informaciones importantes y estúpidas discusiones; o "Catalans a Cusco", entre otros.

En estos, se comprueba la mucha gente que se encuentra en parecida situación y se empieza, de algún modo, a hacer presión en busca de una solución.

Día 21: Ejercicio físico, cuarentena y confusión

Día 5 de confinamiento. La sucesión de días sigue siendo más o menos la misma desde que comenzó la cuarentena. Realizo diariamente las sesiones de ejercicio que están organizadas puntualmente a las 11.00 a.m. (a veces zumba, a veces yoga), para no perder el foco y la concentración.

Suelo levantarme a las 9.00 a.m. para tomar el desayuno, que consta básicamente de un par de panecillos con mantequilla y mermelada, y un crêpe con manjar blanco (dulce de leche) que antes del confinamiento eran dos.

Mi grupo de cocina, aunque haga comida vegetariana, realiza un rico pollo masala. Me fijo atentamente y tomo anotaciones del arte culinario del chico indio para aprender gastronomía hindú.

Pollo masala en Cusco

Por la tarde solemos finalizar compartiendo una cerveza y realizando un intercambio lingüístico.

Día 22: Mensajes nada claros

Día 6 de confinamiento. Siguen llegando mensajes demasiado vagos y poco transparentes, además de que muchos, como yo, nos enteramos por mensajes en grupos de WhatsApp ya que, a pesar de haber mandado todos mis datos en repetidas ocasiones a las autoridades "presuntamente" competentes, me llegan uno de cada tres correos electrónicos.

Mensaje Embajada Española en Perú Covid 19
Hoy recibo un mensaje de Iberia confirmándome que cancela mi billete de vuelta para España previsto para el día 1 de abril. Por si fuera poco, mi vuelo de vuelta a Lima desde Cusco del día 24 de marzo también es cancelado.

Sobra decir que las medidas que tomó el Estado peruano han sido estrictas desde el minuto uno, existiendo una prohibición total de desplazamientos por carretera y el cierre de todas las fronteras. El autobús que habían organizado desde su embajada termina no saliendo por falta de permisos.

Otro vuelo que Iberia tenía previsto para dentro de dos días también termina cancelándose. Quien me conoce sabe que soy una persona que disfruta de estar en el exterior. Así que, ahora sí, empiezo a sentirme atrapado y aparecen los primeros síntomas de ansiedad.

Se nos permite (eso sí) y fuera del toque de queda (de 20.00 horas a 5.00 horas), salir a comprar alimentos básicos. Aprovecho esta circunstancia para salir a respirar y dar un pequeño paseo diario. A pesar del aún bajo número de contagios, solo se permite acceder al supermercado Orion con mascarilla y te desinfectan las manos al entrar

La pareja formada por un chico italiano y una chica polaca de mi grupo de cocina, deciden marcharse a otro alojamiento. Los acompaño para ayudarles con el equipaje, darme un paseo "ilícito" y plantearme un posible cambio de hostel, por el hecho potencial de la novedad, ya que a decir verdad y a pesar de todo, se está bastante bien en Dragonfly.

Una señora que al parecer trabaja en la limpieza de la calle me espeta que "la ley es igual para todos" al verme extranjero, a pesar de ir con la mascarilla y comentarle que solo estoy yendo a por comida. Mientras me alejo murmura algo de llamar a la policía.

Esta tarde se ha organizado una asamblea en mi hostel. Al haber solamente una cocina y ser bastantes "grupos" utilizándola, comienzan a surgir problemas de convivencia. Se abre una discusión en ciertos puntos ridícula. Mi propuesta de flexibilización es rechazada por el grupo alemán. La situación para una reunión de la ONU a pequeña escala. Se cambia el sistema.

Empiezan a notarse diferencias culturales en un grupo tan multicultural. Desde mi observación, veo antepuestos el "grupo latino" y el "grupo alemán". Además, parece que el confinamiento empieza a hacer mella en algunos. El futbolín sigue salvando mis tardes, noches, y mi salud mental.

Dragonfly hostel Cusco Confinamiento coronovirus

Al haber hecho oídos sordos ante mi insistencia de descuentos en cerveza artesana, decido hacer un comentario en trip advisor sobre el hostel: "lugar ideal para un confinamiento", a cambio del cual tienes bebida gratis (no incluye cerveza artesana 😒).

Día 23: La asamblea extraordinaria

Día 7 de confinamiento. Parece que al amanecer de este día empiezan a trabajar, al menos, un poquito. Comunican que:



Existen 1279 turistas españoles atrapados en el Perú. 221 en Cusco. Yo soy el número 222.

Hoy ocurre, a mi parecer, el peor momento del confinamiento. Hay una Asamblea Extraordinaria y se requiere la votación de todos para decidir sobre lo siguiente: una pareja que estaba alojada con nosotros en Dragonfly decidió pasar la noche fuera, pero hoy desean volver.

De hecho, para más inri, en esos momentos se encuentran en recepción, pero las "organizadoras" deciden no mencionar de quien se trata para no llevarlo al terreno personal. Observo el debate sin participar a sabiendas de que, en ocasiones, "la democracia es la tiranía de la mayoría", como dijo el pensador inglés John Stuar Mill.

Se distinguen, de nuevo, diferentes facciones y el debate abierto da pie a acaloradas discusiones. El encargado del hostel desde el comienzo se lava las manos y deja la decisión a la votación popular. A favor de que vuelvan, 11 personas, en contra, 15.

Se insiste en dar paso a una segunda votación, puesto que el encargado los tiene delante en recepción y se alega que no estuvo todo el mundo. Tras un breve debate y antes de la segunda votación, todo se acaba cuando los afectados deciden marcharse unilateralmente, a sabiendas de que al menos 15 personas están en contra de su retorno.

Para mí, decantado por el sí por empatía y solidaridad (pudo pasarle a cualquiera, también a mí), el ambiente empieza a enrarecerse. La pareja que quiso volver no era el italiano y la polaca, sino una francesa y un australiano que también habían formado parte de mi grupo de cocina.

Hoy, como ayer, y a pesar de las circunstancias, no puedo evitar dar un abrazo como despedida.

Yo decido no mudarme al hostel donde la noche anterior se hospedaron el italiano y la polaca, y sin duda fue la mejor opción, ya que a través de una ronda de mensajes instantáneos con el grupo de los "exiliados" descrubro que:

-Se cierra a cal y canto su hostel durante cuatro días ya que en el hostel adyacente aparece un caso de coronavirus y al menos, una de las personas de su hostel, estuvo en contacto con ellos la noche antes. El citado hostel queda aislado en espera de los resultados de las pruebas.

-El chico colombiano que se fue de buenas a primeras está en un Airbnb con otras seis personas, sin pagar un céntimo por solidaridad de sus propietarios.

-La francesa y el australiano han encontrado alojamiento en un hostel a la vuelta de la esquina, semivacío (8 personas) y con la misma estructura de casona colonial con patio en medio.

Por si la cosa empeora, empiezo a buscar alternativas de alojamiento, a sabiendas de que tras la Asamblea Extraordinaria se acordó que si alguien deja el hostel, no podrá regresar. También se pretende limitar la salida a comprar alimentos a una persona por grupo. Pero no todos están por la labor de aceptar nuevas restricciones.

Día 24: Respiro en el Mercado de San Pedro

Día 8 de confinamiento. Desde ayer decidí ejercer de jardinero en el hostel, puesto que nadie hacía caso a las plantas, y es un hobby que me alegra y me distrae. ¡Ya encontraron quien las riegue!

También hace días que el desayuno (siempre el mismo) se ha vuelto tedioso, así que empiezo a variarlo a mi gusto, añadiendo fruta por aquí, barritas de cereales... y guardando el pan para posteriores comidas más "copiosas".

Desayuno Dragonfly

En mi grupo de cocina ya solo quedamos yo y el indio, después del éxodo. Por cambiar, decido cambiar de una habitación de 12 personas a una más tranquila de seis, ahora que existe esa posibilidad. Tres de ellas, más la mía, ocupadas. Cama baja y ventana exterior parecen un lujo. Por este cambio pago de S/ 20 a S/ 25.

Ventana desde el Hostel en Cusco

La vida parece desarrollarse como en un cuento en el que todo parece tranquilo pero del que no podemos escapar. El chico indio y yo -que por mi suerte es muy buen chef- decidimos hacer una incursión al Mercado de San Pedro, así le ayudo yo con el idioma a la hora de pedir ciertos ingredientes deseados para futuros currys.

Aunque estemos en estado de emergencia hay bastante movimiento en el mercado; todo el mundo con mascarilla, eso sí. A la vuelta me encuentro con unos alemanes con los que coincidí en el Cañón del Colca. Nos saludamos con el codo. Me comentaron que estuvieron alojados en el Kokopelli Hostel, pero que se fueron a un Airbnb arriba de la colina, justo a tiempo, además.

Según me contaron, tras las primeras fiestas en confinamiento llegó la policía con alcoholímetros y malas maneras, imponiendo en su antiguo hostel medidas aún más restrictivas. Los cazadores de borrachos existían y hacían su trabajo con dureza. "¡Nos vemos en dos años en el Machu Picchu!", les grité al despedirnos.

El hecho de que hoy sea mi vuelo Cusco-Lima, ya cancelado, me hace sentirme más atrapado. Viva Air, por supuestos "problemas técnicos", no me permite cambios ni devoluciones, aunque finalmente solo pierdo US$ 15 en la jugada. Esa noche dormí de lujo en mi nueva cama del hostel.

Día 25: Contraseña, por favor

Día 9 de confinamiento. Algún que otro brasileño parece que ha conseguido regresar a su país. Desde "organización" se da permiso para que puedan volver solo hasta las 15.00 horas. Todo un detalle. No consensuado, por cierto.

Mis desayunos vuelven a ser apetecibles. Decido comenzar gimnasia a las 11.00 a.m. Sigo con el cuidado de las plantas. Me voy convirtiendo en un compañero de futbolín ideal, formando duplas invencibles.

Plantas del hostel Dragonfly

Sin noticias de la Embajada, se acuerda una palabra clave para que todo el mundo haga desaparecer el alcohol y se recluya en su habitación en el caso de una visita de la policía. Al parecer, en el peor de los casos, se procede al cierre del hostel. Y los rumores son cada vez más ciertos.

Paso lo que queda el día leyendo en la tranquilidad de mi cuarto. Tras tomar una cerveza en compañía de alguno de mis compañeros de confinamiento y cruzar unas palabras para no enloquecer, regreso para dormir temprano. El día no ha dado nada nuevo bajo el sol.

Chats como el de "Españoles atrapados en Cusco", siguen siendo un hervidero de preguntas sin respuesta, con cientos de comentarios y especulaciones.

Día 26: Misión, cambiar dinero

Día 10 de confinamiento. Hoy mi aventura del día consiste en ir a cambiar dinero, por lo que creo que daré un paseo "más largo de lo usual".

Me levanto hábilmente de la mesa para evitar escuchar en primera persona las nuevas medidas restrictivas por las cuales habría que marcar, no sé muy bien dónde, la hora de salida y de llegada. Salgo a la calle con la ya habitual mascarilla y me dirijo a la Avenida Sol, donde se encuentran los principales bancos.

Plaza de Armas de Cusco vacía por Coronavirus

Hago alguna foto rápida ya que no quiero que piensen que estoy haciendo turismo. Veo a equipos desinfectando la ciudad. Llego a un par de bancos que me ofrecen un tipo de cambio muy desfavorable, como de 100 soles menos en mi contra (después de una larga cola). Decido no aceptarlo. Por suerte encuentro un Western Union que tiene un cambio que puedo aceptar.

Desinfectando la plaza de Armas de Cusco

Con la misión cumplida, vuelvo al hostel. Encuentro a la gente reunida junta al televisor, donde el presidente peruano, sin mencionar turistas y viajeros varados en ningún momento, anuncia la prolongación del estado de emergencia hasta el 12 de abril, con medidas más restrictivas en el norte del país, llamada a reservistas del ejército y toque de queda ampliado.

Por la noche se ha decidido hacer una barbacoa conjunta en la que compartir platos. Vuelven a vender alcohol en los supermercados, como en nuestro Orión de la esquina. Aunque en el hostel no permiten entrada de bebida del exterior, alguno que otro juega al "contrabando".

ampliación de estado de emergencia en Perú

A lo largo del día llega también un correo de la Embajada de España en el Perú en el que se nos informa que están preparando un vuelo con Iberia para embarcar a todos los españoles que continúen varados en Perú tengan o no billete con ellos (aunque se habla de un pago "solidario"). Lo más curioso es que por algún error agregaron al final del texto un correo electrónico de una chica vasca que llevó a la confusión y donde escribió casi todo el mundo. En fin, decidimos esa noche hacer la barbacoa y pasar un buen rato.

Barbacoa en Dragonfly de Cusco

Día 27: Por fin noticias positivas

Día 11 de confinamiento. Al fin se ofrece una solución por parte de Embajada y Consulado: transporte terrestre en bus autorizado de unas 20 horas de trayecto Cusco-Lima por un precio desorbitado de entre US$ 108 y US$ 140; más de 4 veces el importe en condiciones normales.

Las opciones que tenemos son dos. Lo tomas o lo dejas. No se sabe que ocurrirá a la llegada a Lima, pero se habla de vuelos de Iberia el día 31 de marzo y el 1 de abril. Para rematarlo, se recomienda hospedarse en el "Inside Meliá Miraflores", un hotel de cuatro estrellas, por un precio no inferior a US$ 80. ¿Qué pasaría con los españoles que no contaran con un presupuesto de más de US$ 200 para poder afrontar su regreso?

Por mi parte, empiezo a mirar alternativas de alojamiento cercanas al hotel recomendado. Cabe decir que nunca recibo comunicación directa de la Embajada sino que debo enterarme por los chats de viajeros de los que formo parte.

Un argentino me comenta que existe una opción económica cercana al hotel Meliá llamado Lion Backpackers, que se encuentra solo a tres minutos. Así que es muy probable que ese sea nuestro alojamiento al llegar a Lima. Con un viajero madrileño, con el que formé una pareja "invencible" al futbolín, decidimos que nos hospedaremos allí.

Resulta ser esta la última noche en el hostel con todos los compañeros de 11 días de cuarentena. Así que decidimos improvisar una pequeña fiesta. Se nota cómo va desapareciendo toda la tensión de los días previos, estallan las risas por todo el hostel, se hace imposible, ya que lo ha sido durante todo el confinamiento, el mantener dentro de nuestro hogar improvisado, el distanciamiento social recomendado. Yo, que estoy ya con la cabeza en Lima y mi presunto retorno a Barcelona, tomo dos copas y me retiro a mi habitación, por suerte, tranquila.

Día 28: Adiós a la ciudad imperial

Fin del confinamiento. Nos levantamos tempranos para disfrutar del último desayuno en el hostel. Junto con los españoles y las tres chiquillas suecas, nos aventuramos a tomar el bus especial de caro pasaje (a pagar en metálico en soles o dólares), que cubre el trayecto entre Cusco y Lima en unas 20 horas.

Salida del Dragonfly Hostel

Soy el último en despedirme de todos, y al tener pendiente mis última cuatro noches del hostel, también el último en salir. El bus interurbano llamado "El correcaminos"sigue funcionando y cubre el trayecto hasta la estación de autobuses. Está bueno sentir el movimiento después de tantos días de confinamiento.

Al llegar a la estación de autobuses observo policía con escudos en la puerta, y una larga cola de gente en la calle, la mayoría española, pero también de otras nacionalidades. Nos piden que respetemos la distancia de un metro, mientras fumigan y limpian la calle que está a nuestro lado.

Gente esperando en la estación de bus de Cusco

Nos van llamando por orden de lista para ir entrando en el bus. Existe incertidumbre en los rostros de muchos que no saben si estarán en la lista. Una vez dentro, hay un nuevo control de pasaportes y un control sanitario donde te toman la temperatura.

Con una hora de retraso arranca por fin el bus que nos sacará de Cusco y por suerte, consigo tener el asiento de al lado libre. En el bus, igual que en el hostel, es difícil seguir todas las recomendaciones sanitarias. Es especial volver a ver el horizonte y los verdes paisajes de la cordillera de los Andes.

Paisaje Cusco

En una curva cerrada aparece de la nada un gran camión, nuestro conductor apura y saca la rueda de la calzada, de tal manera que el bus se queda trabado y casi parece que va a volcar. Se nos hace desalojar el bus, lo cual me sirve para fumar, mear y estirar las piernas. Aunque la cosa queda en anécdota, creo que todos agradecemos que sucediera en esa curva y no en otra donde existían grandes pendientes con un largo hueco hacia el vacío.

Bus Cusco-Lima coronavirus

El "susto" es suficiente para poder conciliar el sueño de manera óptima. No hay wifi en el bus. Queda tratar de descansar. Como se pueda.



Día 29: Llega a Lima. Se cierra el círculo

El bus ha hecho alguna parada en la noche para reponer gasolina, imagino. He dormido poco y mal y solo tengo algunos flashes dispersos. En la mañana el paisaje ha cambiado drásticamente y nos encontramos cruzando el desértico departamento de Ica.

Me vienen la memoria bonitas experiencias en la Huacachina; poco a poco, nos vamos acercando a Lima. Al llegar a la capital peruana el bus va directamente al Innside Meliá Miraflores, donde nos reciben agentes de la Policía Nacional Española. Uno de ellos se adelanta y hace de portavoz.

Poco antes me he comunicado con Lion Backpackers, a tres minutos andando, y al rato me dirijo allí con el viajero madrileño, junto a otros compañeros del hostel de Cusco que han reservado el mismo alojamiento. A mí y al madrileño nos dejan una habitación doble por S/ 50 por barba (unos € 13).

Hay un pequeño incidente con una pareja de catalanes, pues el chico al ducharse se ha "electrocutado" al soltarse un cable de la ducha eléctrica. Parece que no es para tanto, pero se mudan a un hostel adyacente. Las chicas catalanas que hicieron de organizadoras en el Dragonfly también se mudan pues a una de ellas se le rompe una cama. Parece que uno no puede dejar de estar alerta ante posibles imprevistos.

Nosotros decidimos salir al supermercado a comer, pero al regresar el dueño del hostel nos comenta que evitemos las zonas comunes puesto que ha recibido la visita de la policía. Quizás por hacer no hacer mucho caso de su recomendación, nos dice que debemos cambiarnos al día siguiente por cuestiones de aforo.

Pasamos todo el día a la espera de la llamada de la Embajada. Los chats de Whatsapp eran un hervidero de especulaciones a pesar de que el día anterior mucha gente (otra no) había recibido un email del Consulado General pidiendo los datos personales para los vuelos de Iberia del día 31 de marzo y 1 de abril.

Nosotros estamos preocupados puesto que los únicos del Dragonfly que no hemos recibido la llamada somos yo, el madrileño, un almeriense, un vaso y un ibicenco. Hasta que sucede algo afortunado. En la noche llaman al chico de Almería y todos nos vamos rotando el móvil para poder hablar con la chica de Iberia. Por esa carambola de suerte logro comunicarle que yo tenía vuelo con Iberia cancelado para el día 1 y me ella me informa que es posible hacer el cambio para el día anterior, además de hacer el transbordo Madrid-Barcelona, sin ningún recargo.

Parece que, esta noche sí, podremos dormir tranquilos.

Día 30: Relax antes de la partida

Después de haber desayunado hacemos el check out en el hostel y teniendo en cuenta que esta será nuestra última noche en el Perú (o eso espero), considerando que no me he salido del presupuesto del viaje, decido pasar la última noche en el Innside Meliá Miraflores.

Aunque la habitación no es económica, prefiero no complicarme ya que, además de ser el alojamiento elegido por la Embajada, es el  punto de encuentro para ir a la puerta de la Embajada de donde saldrá el bus hacia el aeropuerto a las 5.30 a.m.

Hotel Innside Meliá Miraflores

Mi intuición estaba en lo cierto ya que, después del check in -previo pago de poco más de € 70- descubro a través de mensajes de Whatsapp que las instrucciones para los que no se alojen en el Meliá es estar en la puerta de la Embajada a las 5.30 a.m. por sus propios medios (algo nada sencillo teniendo en cuenta el toque de queda, y considerando que ésta se encuentra a una hora aproximada del Meliá).

La mayoría de la gente que se alojó cerca del hotel pero no en él, como yo la noche anterior, se vuelve loca debatiendo entre presentarse en el hotel a las 5:30 a.m. (sin ningún comunicado oficial que lo sustente), o bien ir hacia esa hora a la lejana embajada.

Por mi parte, trato de relajarme teniendo en cuenta el contraste de estar en un cuatro estrellas después de estar viajando un mes de mochilero. El día pasa entre alguna conversación interesante en la azotea del hotel y el zapping en la enorme pantalla de la habitación.

Hotel Meliá Innside Miraflores

Día 31 (y 1): Regreso a casa. Un viaje para no olvidar

Después de desayunar bien temprano en el Meliá, llegan a la puerta del hotel los buses que nos llevarán al aeropuerto militar. Un buen grupo ha decidido presentarse allí en lugar de dirigirse a la Embajada. No dejan que nos mezclemos y dan prioridad a los que nos alojamos en el Meliá.

Esta actitud me parece muy clasista y me genera inquietud. Además hay compañeros que se quedaron en el otro hostel que, por suerte, logran subir a los buses para que nos marchemos todos juntos. Otro bus traslada de manera simultanea al grupo que se encontró en Embajada.

Escoltados por la policía a través de una Lima incómodamente tranquila, llegamos hasta el aeropuerto militar, donde puedo observar otras personas que están esperando con las maletas tratando de entrar. Hay control de listas y pasaportes, perros olisqueando el equipaje.

Todos estos controles nos hacen esperar bastante y produce una situación única a la par que extraña. Finalmente, podemos liberar toda esta tensión cuando vemos ante nosotros el avión de Iberia.

Gente esperando en la puerta de la Embajada

Nos esperan por delante un viaje de 13 horas hasta Madrid-Barajas. Nos dan de comer unos macarrones, luego un panecillo con jamón y queso, y ya. Aprovecho para ver las películas Mientras dure la guerraAlita, ángel de combate, y Jocker. Gracias a esto el viaje se hizo casi corto después de la experiencia de 20 horas de viaje desde Cusco sin wifi ni apenas cobertura.

Llegamos a Madrid a las 4.30 a.m. Solo me quedaban 7 horas hasta la salida de mi vuelo a Barcelona en un Madrid-Barajas prácticamente vacío.


Después de dormir en este avión y tomar dos autobuses urbanos en una ciudad desierta como nunca la había visto, logré lo que hace unos días parecía imposible: llegar a casa.


Si tengo que escribir una conclusión final podría decir que ha sido muy interesante la experiencia de exploración de Perú que, debido a causas de fuerza mayor se ha dividido irremediablemente en dos partes bien diferenciadas: la  libertad de movimientos inicial topa con el confinamiento propiciado por el tiempo de cuarentena.

A nivel ruta de viaje, logré llegar hasta Cusco. Lugar mágico y magnético que, por cierto, no es mal lugar para encontrarse varado. Allá parece que el tiempo se detenga. Al final el resultado de la cuarentena cusqueña ha sido una interesante experiencia de confinamiento en comunidad.

A día de hoy, 8 de Abril, tengo constancia de gente que estaba desperdigada por lugares más remotos del Perú, ni en Lima ni en Cusco, que aún trata de encontrar la manera de volver a sus lugares de origen, o al menos tratar de acercarse a la capital peruana.

A día de hoy, también, sé que Dragonfly ha cerrado por ahora, y algunos compañeros de cuarentena siguen en Cusco, en un hostal a la vuelta de la esquina. Otros, incluso, ante el cierre del alojamiento han optado por acampar por allá donde se ubica el Cristo Blanco. 

Mientras, las chicas suecas que vinieron en el convoy Cusco-Lima llegaban hoy a su país; al chico hindú, ya montado en su bus dirección Lima, le cancelaron el servicio de transporte, tal y como ocurrió anteriormente con los franceses. Deseo desde aquí a los viajeros muchas salud y suerte en sus viajes. 

En mi caso, ya en casa, una cosa me queda clara. Mi deseo de, llegado el momento oportuno, dirigirme de nuevo hacia Cusco y seguir, desde allá, mi exploración del Valle Sagrado de los Incas y el Machu Picchu, entre otros territorios peruanos aún por explorar para, en un próximo viaje, dar paso a la tercera parte de este relato: el regreso a Perú de Raimon.

Raimon, Viajes del Perú
Abril del 2020
info@viajesdelperu.com

30 días de viaje por Perú de Rai y el coronavirus

Raimon es guía oficial de turismo de Catalunya (@raimon_tours) y disfruta enseñando a todo tipo de turistas las atracciones más conocidas de Barcelona y alrededores.

Desde Viajesdelperu.com le pedimos que nos relatara su itinerario para publicar una crónica que ayudara a los viajeros que estuvieran un mes descubriendo el país. Lo que comenzó siendo un viaje de ensueño, reposado e inspirador, se convirtió en un confinamiento surrealista, debido a un virus del que nunca habíamos escuchado hablar llamado coronavirus (COVID-19).

Este es su diario de viaje (incluyendo los últimos días de cuarentena en Cusco en la segunda parte de esta crónica), en el que se mezcla aventura, emoción, gastronomía, música y autoconocimiento. Os invitamos a disfrutar de su lectura tanto como lo hicimos nosotros. *Las negritas y enlazados son agregados nuestros al texto que nos envía Rai. Tomad nota.

Dia 1: Llegada a Lima 

El día previo al viaje a Perú para mí fue bastante tranquilo; aunque soy guía y estoy acostumbrado a viajar a distintos países, aún tengo atisbos de este tipo de nerviosismo del viajero que aqueja a bastantes personas antes de emprender un viaje. Básicamente me dediqué a revisar algunos apuntes tomados a mano sobre primeros pasos y lugares a los que ir al llegar a Lima, reservando únicamente la primera noche de alojamiento.

Al llegar al aeropuerto Jorge Chávez tomo el Airport Bus Express por US$ 8 que me lleva directamente hasta el centro comercial Larcomar de Miraflores. Había leído que este servicio sería más barato que tomar un taxi por unos S/ 45-50.

En el mismo Larcomar encuentro una fila de taxistas y negocio el viaje hasta el The Point Hostel de Barranco con el primero de ellos. Finalmente (me comentaron lo normal en Perú era regatear con los taxistas), el trayecto sale por S/ 10. Es tarde y estoy algo cansado, así que llego al hostel y tomo una cerveza en el bar de su patio. Pago S/ 90 (unos 23 euros) por una habitación privada amplia. Mañana toca conocer el barrio.

Día 2: Paseando por Barranco

Vine a Barranco atraído por su fama de ‘barrio bohemio’ de Lima y por la cantidad de galerías y espacios de arte que existen en sus calles. Superados el jet lag y los problemas de conectividad, salgo a callejear por el barrio de Barranco y llego al supermercado Metro (Avenida principal Miguel Grau, 513) donde consigo una tarjeta SIM local por S/ 15.

Paseando por Barranco llego de casualidad hasta el famoso Puente de los Suspiros y la Bajada de Baños, en la que van apareciendo varios graffitis y arte urbano que me maravilla. Es por aquí que descubro la galería de arte del artista Jade Rivera (del que pueden apreciarse algunos murales en el distrito), con algunas de sus obras y pequeñas litografías y otros artes de venta al público.

Sigo la Bajada de Baños y llego hasta el océano Pacífico (que me devuelve reminiscencias de mi querido Mediterráneo) y no me resisto a meter los pies en el agua. El día está soleado y hacen unos 27 Cº.

Arte Urbano Barranco

De vuelta al hostel decido cortarme el pelo por S/ 20 (unos 5 euros) y tengo mi primera aproximación a la gastronomía peruana en un restaurante cercano por S/ 15 (4 euros).

Ya en la noche decido salir a conocer la marcha nocturna y llego al Ayahuasca bar, un lugar conocido por sus cócteles, aunque al estar solo prefiero algo más alternativo. Me recomiendan La Noche de Barranco, un bonito bar que se encuentra en una vieja casona del siglo pasado y que tiene música en directo todas las semanas. Degusto un pisco sour por S/ 20 sentado en una mesa al ritmo de latin jazz. La entrada es gratuita por ser lunes. Vuelvo al hostel a reposar.

La Noche de Barranco

Día 3: Conociendo Miraflores

Al levantarme esta mañana me comentan que puedo pasar a una habitación de cuatro camas y pagar casi la mitad (S/ 46). Además de pagar menos, tengo la suerte de que el cuarto no tiene más huéspedes y sigo solo.

El día de hoy me animo a conocer el barrio turístico de Miraflores. Voy caminando por Barranco hasta llegar a la calle Tacna donde al finalizar encuentro el Parque de los Héroes y una bonita heladería italiana donde compro un helado de ‘oro de Inca’ por S/ 9. En esa misma esquina encuentro un vendedor de fruta ambulante, así que termino el desayuno con un plátano por (S/ 0,70).

Me dicen que subiendo la calle y llegando a Grau puedo tomar un bus Chama 7606 que me lleva a Miraflores por S/ 1, así que para tener cambio para el bus entro en una pequeña tienda (que llaman quioskos) y pruebo la famosa Inca Kola. Interesante el sabor, achiclado y refrescante, difícil de explicar, bien rico, aunque muy dulce.

El bus me lleva al también conocido Parque Kennedy, por el que paseo, y luego exploro la calle Berlín, que me han comentado que es la calle de marcha de Miraflores, repleta de pequeños bares y hostels donde se hospedan muchos extranjeros. Miro uno que se llama Kokopelli, aunque me gusta más el The Point de Barranco.

Delante de la esquina de Berlín con Libertad, como por S/ 15 unos tequeños y un chicharrón de pota. Al callejear por la calle Libertad, un lugareño me ofrece weed, la cual declino amablemente, pero al decirle que soy de Barcelona se inicia una conversación sobre un hermano que emigró a Catalunya y le interesa recabar información para viajar en un futuro.

Sigo con callejeo y descubro la galería de arte CCCP; interesante exposición con inspiración ayahuasquica llamada El lenguaje de los dioses. De allí camino hacia Larcomar a contemplar las vistas, ignoro el centro comercial y ya de vuelta a Barranco, rechazo taxis para volver en la combi (como llaman al bus).

Vista desde Larcomar

Siendo previsor, compro en Mifarma unas pastillas naturales contra el mal de altura llamadas AltiVital, guaraná y ginseng y hoja de coca.

Mal de altura Peru
Medicamento para el mal de altura, Altivital (no patrocinado)
Por la noche decido volver a salir por Barranco y conocer el famoso Juanitos Bar, uno de los lugares más recomendados por los habitantes del barrio. Me pido la clásica cerveza Cusqueña (muy rica), junto a un sanguche de jamón del país y ají que también me recomiendan. Para terminar, pido un “chilcano” de la casa por solo S/ 7, que lleva pisco, ginger ale y limón.

En la Plaza de Barranco hay un concierto en vivo de ‘Nico and the Pets’ del Music Freedom Day 2020; me comentan que es parte de un evento previo a un festival de cine llamado Censurados Film Festival que trata de películas censuradas en sus países con alto contenido activista y de denuncia. Vuelvo al hostel a descansar.

Music Freedom Day 2020

Día 4: Salida hacia Paracas, hasta pronto Lima

Esta mañana temprano me dirijo a Paracas con un agencia que se llama Perú Hop. La idea es que un bus te va llevando por la ruta turística clásica (Ruta del Gringo) y vas haciendo paradas a tu ritmo. La primera parada se encuentra a dos horas al sur de Lima, en un lugar llamado Mirasur, donde nos dan a elegir el desayuno entre una amplia variedad de platos. Me quedo con el pan con palta (aguacate) y un emoliente (una bebida hecha en base a hierbas y aloe muy rica).

Sobre las 12 del mediodía hacemos un tour que me resulta super interesante. Una red de túneles para esclavos bajo la Hacienda San José. La idea era crear una red de túneles laberíntico en el que poder esconder esclavos y moverlos entre haciendas para así evadir impuestos estatales.

Hacienda San Jose

Bajo la casa aún existen los cuartos donde encerraban a estos esclavos, los hacían reproducirse para buscar los mejores elementos, e incluso celdas donde los dejaban morir. Se pueden ver incluso huesos reales de algunos de ellos. Una experiencia intensa..

Tras este tour de una hora aproximadamente, nos dirigimos a Paracas para comer en un restaurante cercano a nuestro alojamiento. Pago S/ 27,90 por una Leche de tigre deliciosa y una limonada. Aprovechando que nos encontramos cerca al océano, no me resisto a darme una escapada y bañarme por primera vez en el Pacífico.

Leche de Tigre

Esta noche nos hospedamos en el Paracas Backpacker en una single privada por S/ 45. El lugar es acogedor y tranquilo. Aprovecho lo que resta del día para descansar y seguir creando el itinerario del resto del viaje. Estoy ansioso por llegar a la Huacachina y hacer sandboard.

Día 5: Las Islas Ballestas, el guano y la llegada a la Huacachina

Salimos a las 8.00 a.m. para aprovechar la mañana y conocer Las Islas Ballestas que están en la Reserva de Paracas. Estas islas fueron conocidas durante el siglo XIX por la producción de guano que llevó a Perú a convertirse en potencia mundial y que posteriormente desataría la cruenta Guerra del Pacífico con Chile.

Islas-Ballestas-guano

Salimos temprano también para no achicharnos con el sol, ya que al mediodía nos comentan que el calor puede hacerse insoportable, siendo básico usar crema solar y una gorra.

En dos horas de paseo en lancha nos topamos con leones marinos, pingüinos, miles de gaviotas y otras tantas aves guaneras. Paramos también unos segundos a ver el famoso geoglifo de El Candelabro, que mide unos 150 metros de alto y que parece ser una línea hermana de las Líneas de Nazca.

A continuación visitamos la Reserva Nacional de Paracas, en la que me empiezo a fascinar con paisajes desérticos nunca antes vistos.

Candelabro en las Islas Ballestas

A las 13.00 horas salimos de Paracas y llegamos a las 14.15 al oasis de la Huacahina.

Nos alojamos en el Wild Rover Hostel, ideal si te gusta la fiesta, pero no lo recomendaría para familias con niños o personas que busquen tranquilidad. Pago S/ 44 por una Luxury 6 Bed Dormitorio que tiene cabinas y una cama bastante cómoda. Hay wifi y agua caliente.


Después una comida sencilla en el lugar, llega el momento del paseo en Buggy arenero a través de las dunas de arena de la Huachina y el sandoarding. Una experiencia super recomendable y divertida. Nos cobran S/ 50 con Peru Hop, algo que me parece overpriced. Es posible realizarlo por cuenta propia por unos S/ 25.


La Huacachina tiene bastantes locales para divertirse y está muy enfocada al turista. Esta noche cenamos en el hostel y el grupo empieza a conocerse; tomamos unas cervezas en el hostel y luego salimos a bailar a un club adyacente.

Día 6: Relax en La Huacachina

Después de un día y noche intensas (y como todavía queda bastante viaje por delante), decido declinarme por una jornada de relax en el oasis de La Huacachina.


Paseando alrededor del oasis encuentro a un alemán que está realizando el viaje conmigo y me anima a subir a las dunas para hacer volar su dron y tomar unas vistas aéreas.

Paso la tarde bañándome en la piscina del hostel y tomando el sol en la tumbona. La idea es recargar energías e ir anotando los siguientes pasos. Sobre las 21.00 horas pido una hamburguesa de quinua en el hostel para cenar y tomo una cerveza helada.


Día 7: Huacachina, Líneas de Nasca y llegamos a Arequipa 

Va a ser un día intenso de viaje, así que decido despejarme nada más levantarme con un baño en la piscina de hostel. Tras desayunar en el Bamboo Café de la Huacachina unas tostadas, café y jugo de papaya (S/ 13), tomamos el bus a las 13.00 horas en dirección a las bodegas de pisco de Ica para conocer como se elabora este peculiar aguardiente.

En las bodegas nos explican todo el origen y proceso de elaboración del pisco (que se almacenaba en enormes tinajas). Tras la explicación se realiza una cata in situ de distintas variedades de vinos y pisco.

Ruta del Pisco Peru cata pisco

Tras la cata (y algo más contentos) partimos hacia Nasca para poder ver los famosos geoglifos elaborados entre el siglo I y VII d.C. Observo algunas de estas líneas desde la torre mirador, pero me decido a no tomar la avioneta que las sobrevuela por distintas razones. El costo de este vuelo está entre los US$ 80 y US$ 100. La historia de las Líneas de Nasca me fascina.

Lineas de Nasca mirador

A eso de las 18.00 horas hacemos una merienda-cena en Nasca, donde pruebo el famoso lomo saltado (lomo con tomate, cebolla, patatas fritas, salsa de soja y pisco). Muy rico.

Lomo saltado peruano

Seguidamente tomamos el bus hasta Arequipa en un largo trayecto de 12 horas, por lo que es recomendable un bus confortable. Si bien los asientos son amplios y cómodos, es un camino con mucha curva. El viaje es nocturno para poder aprovechar bien el día siguiente.

Día 8: Arequipa, la Ciudad Blanca

A eso de las 6.00 a.m. llegamos a Arequipa, conocida como la Ciudad Blanca por estar en parte construida con sillar blanco volcánico. Decido alejarme del festivo hostel Wild Rover, por estar demasiado enfocado al turismo "gringo" y elijo el Dragongly Hostel, más tranquilo y que me da la posibilidad de conocer a otros viajeros.

donde dormir en Arequipa

Pago S/ 28 noche en habitación de 6 pax compartida, aunque no hay nadie más en ella y puedo quedarme solo a mis anchas. Me tumbo a reposar un rato antes de salir a callejear por Arequipa.

Exploro el Mercado de San Camilo, la Plaza de Armas y alrededores, compro algunas cosas y souvenirs para amigos y familiares. Me han hablado muy bien de la gastronomía arequipeña, así que entro en uno de los restaurantes que encuentro en el camino y como un plato de caigua rellena (extraña hortaliza alargada), acompañado de ensalada y bebida por solo S/ 12 (unos € 3).

caigua rellena gastronomia Arequipa

Coincido con otros viajeros conocidos anteriormente, sigo el paseo entre calles coloniales y descubro el Puente Grau y la estatua Francisco Bolognesi (dos de los héroes nacionales de la Guerra del Pacífico). Es domingo y la ciudad está tranquila.

Callejeando llego hasta el conocido Mirador de Yanahuara desde donde pueden verse los volcanes Misti, Chachani y Pichu Pichu. Existen unos bonitos arcos de sillar blanco con inscripciones de poetas locales y otros personajes de la zona.

Mirador de Yanahuara

Luego me dirijo a San Lázaro, el barrio más antiguo de Arequipa (que data de mediados del siglo XV), considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad. Durante todo el callejeo exploro opciones para visitar el Cañón de Colca en el viaje próximo.

Ha sido un bonito día descubriendo una de las ciudades con más historia del Perú, así que creo que me merezco un descanso junto a una buena cerveza artesana tipo Ipa sour. Me comentan que esta noche habrá música en directo en el hostel Wild Rover, así que termino allí este día mientras coincido con otros viajeros que vinieron en el mismo bus y entre todos, organizamos los días posteriores de aventuras en nuestro viaje.

Día 9: Aclimatándome para el mal de altura... que pronto llega el Cañón del Colca

Esta mañana tengo un pequeño error de cálculo y al entregar la ropa en la lavandería del hostel me quedo sin calcetines; ni limpios ni sucios.

Esto hace que cambie de planes y decido no caminar demasiado, ya que solo cuento con botas o zapatillas de andar por hostel. Como el itinerario va según mis planes y no tengo que apresurarme, prefiero seguir relajándome en la ciudad de Arequipa.

Por la zona centro encuentro un lugar que se llama Mi KCao, un pequeño y acogedor lugar donde sirven café y cacao. Con anterioridad había contactado con el dueño a través de Couchsurfing para realizar un intercambio de trabajo por alojamiento, aunque finalmente se me ofrecía lo segundo a cambio de nada.

Mi Kcao Arequipa

Lástima que la respuesta me agarró sin datos. De todas formas me encuentro cómodo en mi actual hostel. Ya que estoy allí -y que soy amante del chocolate- me pido una taza de cacao, amargo y bien servido. También pruebo diversos tipos de cacao elaborado artesanalmente con sal de maras, con mango, con maca, o con hoja de coca.

Mi Kcao Arequipa

Finalmente decido iniciar el trekking al Cañón de Colca a las 3 de la madrugada siguiente. Así que me tomo el día con más calma, y pospongo mi visita al museo de la momia para la vuelta del cañón.

También por la parte centro, junto a la Plaza de Armas, entro en el local Barrio Perú, donde pruebo por primera vez el famoso ceviche clásico de pescado junto a una cerveza Cusqueña por S/ 20 (€ 5).

ceviche en Arequipa

Esa noche noté un temblor al tratar de dormir, y al levantarme a fumar un cigarrillo seguí notándolo. Luego descubrí que hay un volcán que está en proceso de erupción desde noviembre de 2017, que desde entonces expulsa humo (está fumando, tal y como expresó una lugareña). Al parecer al estar en tierra volcánica, esos temblores, pequeños terremotos de baja intensidad, son frecuentes, aunque los lugareños apenas les prestan atención, al estar ya acostumbrados.

Día 10: Cañón del Colca Trekking

Sobre las 3.00 a.m. llega una minivan al Dragonfly Hostel para recogernos y comenzar el famoso trekking al Cañón del Colca. El precio por persona es de S/ 120 que, aunque esté algo inflado (me comentaron que puede conseguirse por S/ 95), no me parece un precio exagerado teniendo en cuenta que puedo dejar mochila en el hostel.

El precio del trekking igualmente no es caro si se tiene en cuenta que se ofrece guía para 2 días y una noche, transporte, desayuno, almuerzo, cena, alojamiento y desayuno del segundo día. El primer trayecto nos toma 3 horas hasta su punto de destino.

Mirador del Cóndor en el Cañón del Colca

Después de desayunar en Chivay, hacemos parada en el Mirador de la Cruz del Cóndor, donde tenemos la suerte de ver algunos cóndores, además de algún águila y algún que otro simpático pajarillo. La razón de avistar en esta zona, es que los cóndores tienen sus nidos justo debajo del mirador, con lo que crece la probabilidad del avistamiento.

Birdwatching en el Cañón del Colca

La minivan nos lleva entonces a un lugar adecuado dónde iniciar el descenso al cañón. Se baja desde unos 3.300 m.s.n.m a unos 2.200 metros, en un trayecto de unas 4 horas, así  que es mejor estar en forma, o bien elegir otro tipo de tour, puesto que esto es solo el principio de lo que está por venir.

Algo que hay que tomar en cuenta desde la llegada a Arequipa es el mal de altura, algo que empieza a notarse junto a la falta de oxígeno a partir de los 2.500 metros. El remedio natural de los lugareños es mascar (o chacchar) hoja de coca, la planta ritual sagrada para comunicarse con los dioses, que además provee la energía necesaria  para estas caminatas.

Vista del Cañón del Colca desde la Cruz del Cóndor

Los guías me cuentan que pese a la mala connotación que tiene la hoja coca por la perversión occidental una vez es transformada en sustancia tóxica, esta planta ha sido usada en épocas prehispánicas por los pobladores del antiguo Perú para mejorar su riego sanguíneo y mejorar su resistencia física, entre otras propiedades que pueden elevarla a categoría de superalimento.

La guía cuenta, además, interesantes historias sobre la medicina de las plantas que podemos encontrar por el camino, la conexión con la pachamama. Comenta que nuestro camino también es parte del Camino Inca, que era más bien una red de caminos más que un único camino.

En tiempos de los incas se usaban esos caminos por corredores o mensajeros llamados Chaskis, los cuales los recorrían, en relevos, usando refugios conocidos como Tambos donde los lugareños dejaban comida como yuca o maíz morado.

Indica que los antiguos incas eran personas mucho más sanas y fuertes que en la actualidad, por la dieta y el estilo de vida que tenían, alejados de grasas u otros productos no saludables. La base de la alimentación era el choclo (maíz), pero también la papa y otros superalimentos como la quinua, la maca o la kiwuicha.

Continuamos nuestro camino hacia el fondo del cañón, y tras cruzar el río, seguimos y seguimos caminando hasta llegar a un puestecito donde se nos ofrece un plato de sopa de quinua y un lomo saltado, que con nuestro cansancio nos sabe a gloria.

Descansamos media horita con una reparadora siesta a la sombra y a seguir caminando. Al contrario de lo que se pudiera pensar, el camino no es plano si no que sigue teniendo subidas y bajadas así que, insisto, la opción trekking se recomienda a quien esté acostumbrado a hacer ejercicio físico.

La conexión con la naturaleza compensa el esfuerzo, eso sí. Tras otra larga caminata que parece interminable para los no iniciados, logramos finalmente llegar al lugar que llaman oasis, situado en lo más profundo del cañón y convenientemente provisto con resorts, alojamiento y piscinas

Aunque empieza a llovisquear, el baño en la piscina es la merecida recompensa al esfuerzo de todo el camino. Hay un microclima en el cañón que provee de una temperatura agradable.


Esta noche nos quedamos aquí a dormir. El lugar es hermoso y tras una caminata tan larga y dura el cuerpo nos pide relajarnos y solamente disfrutar del aire puro que podemos respirar aquí.

Día 11: Volvemos a Arequipa en tiempos del coronavirus

A las 4:30 de la madrugada estamos en pie para iniciar el ascenso. Aún es de noche; llevamos linternas y luna llena en lo alto del cielo. Nos dan hasta 4 horas para llegar arriba, así que después del palizón del día anterior decido ir sin prisa pero sin pausa, disfrutando del camino.

Logramos llegar arriba. Aquí nos tomamos la foto de rigor. Seguimos caminando desde San Juan de Chuccho hasta llegar al lugar donde se nos ofrece un rico desayuno continental, que pese a no ser gran cosa, sabe a gloria después de un trekking tan intenso.

El Cañón del Colca Arequipa

A partir de entonces ya nos recoge la furgoneta, junto con otro grupo, y nos pasea por otros puntos, tales como las aguas termales (no incluidas en precio pero altamente recomendable para que el cuerpo se recupere por S/ 15) o las hot springs donde disfrutar de baños a 37 o 40 grados.

Hot Springs Cañón del Colca

De allá se nos lleva al lugar del almuerzo, de vuelta a Chivay donde se ofrece un buffet libre a S/ 30, pero al ser una parada en restaurante turístico sin opción alternativa decido no hacer el gringo pagando ese precio. Alegando no tener tanta hambre, lo que es cierto, negocio con la guía y el jefe del lugar hasta conseguir un par de sanguches de lomo a S/ 5.

Con la furgoneta nos hacen alguna otra parada de foto y vistas, incluso en el punto más alto, donde nieva y vemos llamas. *Aclaración de nuestro blog para diferenciar llamas, alpacas y vicuñas.


San Juan de Cuccho alpacas

En una parada me consigo una buena bolsa de hojas de coca a S/ 3 mientras engañan al gringo que está a mi lado vendiéndole supuesta fibra de alpaca a S/ 25.

mapa del Cañón del Colca

Y seguimos con la ruta, ya de vuelta a Arequipa.

Después de estar en conexión con la pachamama  y desconectados de la civilización, al volver a tener cobertura llegan noticias de que el monotema del coronavirus. Se ha vuelto un problema ya muy loco, y es difícil, a pesar de la distancia, ignorarlo como venía haciendo el las últimas fechas (la pandemia acaba de proclamarse por la Organización Mundial de la Salud).

Ya en Arequipa, decido primeramente visitar el Chelawasi Public House, lugar donde disfrutar de deliciosa cerveza artesana local, a S/ 12 en happy hour, a eso de las 6 p.m.

Seguidamente me dirijo a Mi Kcao, lugar donde puedo disfrutar de delicioso cacao o café y donde estuve previamente hace tan solo dos días atrás. A través de couchsurfing hablo con el dueño para poder pasar allá la noche en la habitación de uno de los socios dueños para descansar todo el cansancio acumulado del trekking. El trato de los socios del local fue muy amable en todo momento y me gustaría también agradecerles a través de este post su simpatía y hospitalidad.

En Mi Kcao consigo acercarme a la gente lugareña y al viajero independiente en lugar de hacer el gringo con el grupo con el que estaba viajando. Tras tomar un par de cervezas me voy a descansar.

Día 12: Despedida de Arequipa. Nos vamos a tonear

Siguiendo con mi idea de alejarme de "hacer el gringo", decido imaginar y hacer como si viviera en Arequipa, eso es, no hacer el turista, no visitar el monasterio de Santa Catalina, por ejemplo.

Más bien me interesa la cultura inca, que me viene conquistando progresivamente, aunque decido no ir al museo donde se expone la momia Juanita ya que me informan que se encuentra en restauración. La momia Juanita también es conocida como la "princesa de hielo", ya que fue encontrada en el nevado Ampato en 1995 de la mano del alpinista Miguel Zárate en perfecto estado de momificación.

Me dedico al callejeo por mi nueva ciudad, decido tomar unas empanadas de marisco al encontrar una apetecible oferta por el camino. Me fijo en pequeños detalles como las gárgolas de las construcciones.

gargola en Arequipa

A pesar de la amabilidad de mi anfitrión de couchsurfing, decido reservar esta noche de nuevo en Dragonfly, básicamente para no molestar, ya que por la noche me apetece salir a tomar unas chelas (como llaman en Perú a la cerveza) y volver tarde.

Mi siguiente bus parte esta madrugada a las 5:45 a.m.

Me dirijo a Mi KCao para tomar un buen café. Escucho historias de lugareños, me interesa su cultura, me cuenta la influencia quechua por el mundo.

Chocolate en Mi Kcao

Así que como la conversación es interesante nos vamos a comer juntos, con otro compañero guía. Descubro que hay muchos lugares no turísticos y escondidos en el que los precios son mucho más asequibles que en las zonas más turísticas.

Para el mal de altura, lo mejor son los remedios naturales locales, como la hoja de coca - fácil de conseguir en los mercados- entre otros, como el mate de coca, caramelos u otros derivados.

En el hostel, antes de dejar las cosas listas para mi salida de fiesta por Arequipa, en conversación con viajeras de Murcia y de Chile, compruebo que el tema del virus resulta ya inevitable, hay que vivir al día, nadie sabe lo que ocurrirá mañana.

Para celebrar la vida, consigo finalmente salir a bailar y tomar chelas en Arequipa, empiezo encontrándome con el anfitrión de couchsurfing y socio de Mi Kcao en el Wild Rover Hostel que, con presencia en varias ciudades, suele seres sinónimo de fiesta.

Hostel Wil Rover

Disfrutamos de alguna cerveza Cusqueña, luego le insisto que quiero ver el local llamado Deja Vu, pues me lo han recomendado por varios lados, y una vez allí compruebo que esa noche estaba semivacío. Así que me llevan a otro local llamado Mr Shot, que sí que está lleno, en la misma calle, que es la calle donde salir en Arequipa, con varios locales aledaños.

Así, entre chelas y piscos, bailes y simpáticos lugareños, la noche transcurre agradablemente y, muy responsablemente, consigo llegar al hostel a una hora razonable para mi partida, en bus, destino Puno, a las 5:45 a.m.

Día 13: Puno y el Lago Titicaca

Llego a Puno sobre las 13:30 tras unas 6 horas de viaje. Pero antes de llegar a la ciudad de donde -según la leyenda- surgen los primeros incas, hacemos una breve parada en el Mirador Lagunillas que se encuentra a la nada desdeñable altura de 4,444 msnm.

Mirador de Lagunillas en Puno

Mirador de Lagunillas en Puno

A recomendación del guía a bordo del bus, reservo noche en el Lucky Your House, hostal que resulta ser bien extraño en consonancia con la ciudad de Puno, que posee una arquitectura de mucho ladrillo visto, techos de calamina y vidrio brillante. Como me comentó un amigo alguna vez, parece una ciudad "a medio hacer".

Hostal Lucky your House Puno

Pago S/ 25 la noche en habitación de 8, donde ninguna otra cama resulta estar ocupada. Así que dejo mi mochila y salgo a dar una vuelta, comprobando las extrañas sensaciones que me produce la ciudad que, muy atiborrada, parece un gran mercado toda ella, y bastante kitsch a decir verdad.

Me comentan que la ciudad de Puno al ser una ciudad fronteriza vive bastante del contrabando. Analizo las opciones para comer algo, decido probar el famoso pollo a la brasa que en esta ciudad se puede encontrar prácticamente a cada cuatro pasos. Encuentro un lugar que me parece correcto y por poco más de S/ 10 pruebo tal manjar.

Las calles no están señalizadas con su nombre, con lo cual me pierdo de vuelta al hostal, primera vez en el viaje que utilizo Google Maps. Por suerte tenía datos en mi tarjeta SIM local. Conseguido el objetivo de volver al hostal, me tiro a reposar el cansancio acumulado, y de ahí hasta la mañana siguiente. Prefiero ver con calma las islas del Lago Titicaca.

mapa del Lago Titicaca

Cabe decir que tenía intención de cruzar a la parte boliviana del Lago Titikaka. Por recomendaciones quería visitar Copacabana y la Isla del Sol y de la Luna.

Pero otros viajeros, dos fuentes distintas, me comentaron que había un conflicto en la Isla del Sol. Al parecer un pueblo de la isla construyó en una zona indebida de otro pueblo que habita allí, por lo que los segundos se tomaron la justicia por su mano y volaron la construcción con dinamita.

Así que parte de la isla estaba cerrada al visitante. Por esto, y también por la razón de que el asunto del coronavirus se estaba poniendo extraño por acá, decido no cruzar la frontera y arriesgarme, ya que se me ha comentado que a viajeros provenientes de lugares como España les están poniendo en cuarentena durante 14 días. Tengo que darme prisa en actualizar el itineario.

Día 14: Las Islas de Uros y salida al Cusco

Después del descanso del guerrero, decido realizar el tour que lleva a las Islas de Uros del Lago Titicaca, unas islas flotantes hechas de juncos llamados 'totora' donde viven comunidades nativas desde épocas prehispánicas.

Este tour se puede encontrar por alrededor de S/ 30 e incluye guiado. La comunidad  vive mayormente del turismo, lo que, al ser mi sector, me hace reflexionar sobre los beneficios e inconvenientes del mismo.

Islas de Uros Puno

En las Islas de Uros una mujer nos muestra su casa y trata de vendernos souvenirs, cedo y le compro un llavero de un cóndor, así como quien hace una donación o contribución, por S/ 10. Luego es de obligado cumplimiento el paseo en su barco llamado Mercedes-Benz por ellos mismos; se nota que tienen un guión que repiten en cada visita de grupo turístico.

Presidente de las Islas de Uros en Puno

También te cobran S/ 10 por este paseo, supuestamente dejándotelo a mitad de precio -no incluido en el precio ya pagado-, me pregunto que hubiera pasado si no hubiera llevado cash encima.

Una vez a bordo, te dirigen a la isla más grande, donde hay restaurante y baños. En el trayecto unas niñas cantan canciones en distintos idiomas y piden dinero después. Al llegar te ofrecen trucha frita a S/ 20, entre otros manjares, y la posibilidad de pagar con tarjeta (eso hubiera pasado en caso de no llevar cash).

Islas de Uros Lago Titicaca

Me parece ya demasiado dinero entre souvenirs, paseos y comida, pero les compro un sanguche de queso por S/ 5 que convenientemente relleno con palta que llevaba en la mochila. Ir al baño cuesta un sol, cosa que parece ser costumbre en parajes remotos peruanos, así que mejor llevar suelto en caso de necesidad.

Con sensaciones encontradas por la turistificacion de un lugar por otro lado tan especial y único, partimos de regreso a Puno. Y es una pena, porque pese a lo hermoso del paraje, imagino que todos nos llevamos la sensación de que para los nativos solo somos un monedero andante.

Una vez en tierra firme -y después de parada técnica en hostel- decido callejear por la extraña ciudad de Puno y visitar la Plaza de Armas y conocer el Museo de la coca.


Plaza de Armas de Puno

Previa entrada de S/ 10, compruebo que tengo todo el museo para mí.  Empiezo con un video explicativo de las danzas tradicionales peruanas, que da paso al acceso del segundo piso donde se puede conocer más sobre la hoja sagrada de coca que, insisto, según comentarios de guías y lugareños, es conceptualmente opuesta a la perversión occidental llamada cocaína.

Interesado ante este culto, me dispongo a aprender más en el museo, y la verdad que la visita me gusta bastante. Aprendo interesantes datos sobre la historia y propiedades de la hoja.

Museo de la Coca en Puno

En la tercera planta se encuentran los disfraces que previamente he visto en el video inicial de las danzas tradicionales, y amablemente la misma mujer que cobra la entrada sube a informar que puede uno probarlos y ella hacer fotos. Este es el resultado:

Disfraces en el Museo de la Coca de Puno

Una vez finalizada la visita, callejeo un poco, no demasiado para no perderme, y de regreso al hostel, agarro algún snack de alguna tienda y decido esperar al bus que me llevará hacia Cusco, saliendo a las 21:30 horas, con hora prevista de llegada a Cusco a las 6 a.m.

Desde España me comentan que se ha decretado el Estado de Emergencia en el país y que se prohíbe salir a las calles exceptuando servicios básicos.

Día 15: Cusco y la gran decepción... cierre de Machu Picchu

A la hora prevista llegamos a Cusco y decido probar de nuevo alojarme en Dragonfly Hostel, ya que me gustó la franquicia de Arequipa y a esas horas no quiero complicarme demasiado. La habitación compartida cuesta S/ 20 pero pago un plus de S/ 10 más para el early check y así poder tumbarme a descansar tras una larga noche de bus nocturno.

Al levantarme decido explorar un poco el centro de Cusco, mientras pienso en mi pronta exploración al Valle Sagrado y los tickets que debo adquirir para su visita.

Plaza de Armas Cusco

Paseo por plaza de armas, y voy hasta el Mercado de San Pedro, perdiéndome por las bonitas callejuelas y subo un poco la colina; de vuelta me encuentro por casualidad con la piedra de los 12 ángulos que aparece en la botella de la cerveza Cusqueña. Una auténtica obra de ingeniería inca que logra encajar de forma perfecta todos sus ángulos en el total del muro.

Piedra de 12 ángulos Cusco

En Cusco existen muchos locales donde sirven pizza con ingredientes locales, así que me decido a probar una en un restaurante cercano al hostel. El precio es de S/ 18 (unos € 5), a lo que sumo una Cusqueña de trigo.

Pizza en Cusco

Es entonces cuando todos mis planes de conocer el Valle Sagrado de los Incas y el Machu Picchu se ven truncados. Sobre las ocho de la tarde el presidente peruano, Martín Vizcarra, decreta el Estado de Emergencia y el cierre total de fronteras con confinamiento obligatorio para todos los ciudadanos y turistas que se encuentran en el país.

Aunque me llegaban noticias por medio de amigos y contactos, la noticia no deja de impactarme y sorprenderme, ya que en proporción con Europa, en Perú hay muy pocos casos, pero se toman las medidas más estrictas de paralización desde el principio que, además de lo mencionado anteriormente, incluyen la paralización de cualquier tipo de transporte aéreo, marítimo o terrestre y toque de queda desde las 20 horas a las 5.00 horas.

Al día siguiente pensaba dirigirme a comprar el ticket para Machu Picchu y comenzar la ruta por la Hidroeléctrica que me llevaría a la maravilla del mundo sin tomar el tren.

Vuelvo al hostel a dormir sin ser realmente consciente de lo que me espera a partir de mañana.

Día 16: Último día con libertad de movimientos en Cusco

Al levantarme y salir a tomar el desayuno a las áreas comunes del hostel, compruebo que el tema del Covid-19 va en serio. El ambiente anda enrarecido entre los trabajadores del hostel y los viajeros que vemos nuestros planes truncados, conscientes de que es hoy el último día para poder moverse de un lugar a otro; aunque oigo que tanto el aeropuerto como las estaciones de autobuses están imposibles, abarrotadas de gente. Ninguno de los presentes sabe qué será de nosotros de ahora en adelante.

Mientras empiezo a ser consciente de la gravedad de la situación, decido aprovechar el que posiblemente sea el último día en el que pueda moverme por Cusco antes de que puedan incluso "detenerme".

La plaza de armas aparece ya prácticamente vacía lo cual es una postal inusual en una ciudad tan turística como el Cusco. Parece el comienzo de una de esas películas postapocalípticas en las que las calles comienzan a despoblarse por terror al contagio del virus.

Callejeo colina arriba, buscando otro alojamiento que me habían recomendado, pero que no logro encontrar. Descubro, sin embargo, el Mercado de San Blas, donde aprovecho para comprar algunas provisiones ante la incertidumbre de lo que está por llegar.

Mercado de San Blas en Cusco

Vuelvo entonces al hostel pero, a sabiendas de que a partir de mañana estaré confinado, decido tratar de visitar las ruinas de Sacsayhuamán (con cuyo nombre los locales bromean a los gringos llamándola SexyWoman), o por lo menos pasear hasta ellas, antes de que se pierdan los derechos constitucionales debido al Estado de emergencia.

Al llegar, compruebo que no hay nadie en taquilla pero la puerta está abierta. Obviamente, hoy tampoco se podía comprar ya el boleto turístico ni la entrada a Machu Picchu que hubiese deseado adquirir. Ante la puerta abierta, decido entrar.

Sacsayhuamán Cusco y alrededores

Ante esta perspectiva, decido marcharme pero, por sorpresa, encuentro un cartel que indica un camino hacia el Cristo Blanco, y decido ascender por esa senda.

Durante el ascenso, noto el cansancio y me regocijo al pensar que fui capaz de realizar el trek del Cañón de Colca, con tantos kilómetros, tanta altitud y tanta pendiente. Una vez en el Cristo Blanco, disfruto de fantásticas vistas sobre la ciudad de Cusco.

Cusco desde el Cristo Blanco

Encuentro también un taxista que se ofrece a llevarme a distintos miradores, rechazo amablemente mientras le explico el incidente de las ruinas de Saqsayhuamán.

Cusco desde el Cristo Blanco

Decido bajar la colina hacia el centro, paso por un curioso barrio. Callejeo un poco más por el centro hacia el hostel, fascinado por las estrechas calles de Cusco y su energía. Decido al final volver al alojamiento a esperar el momento en el que perdamos la libertad de movimientos y las libertades constitucionales, debido al confinamiento y el estado de alarma decretado.

Barrio en Cusco

Puedes seguir leyendo 30 días de viaje por Perú de Rai y el coronovirus (parte II) a continuación.

Francis, Viajes del Perú
Abril del 2020
info@viajesdelperu.com