Y no solo porque estemos ante un descubrimiento de talla mundial que ya ha saltado a las páginas de los principales medios internacionales, si no porque este hallazgo (lo comentó la Dra. Ruth Shady ante nuestra atenta mirada), es una forma de conocer el pasado de Perú a través de las voces de unos pobladores que ya contaban con la equidad de género, el respeto a la naturaleza y una sociedad que se basaba en el comercio y que era antibelicista.
Pero contextualicemos y señalemos en el mapa el lugar de los hechos. El Centro Arqueológico de Vichama se encuentra en Végueta, pequeño pueblo de la provincia de Huara (a solo tres horas de la ciudad de Lima) que está a la altura del kilómetro 159 de la Panamericana Norte.
Hasta el momento, éste es el asentamiento de la civilización Caral más cercano en nuestra línea de tiempo (sobre 3,800-1,800 a.C), lo que explicaría la existencia de relieves en los muros de los templos y pequeñas esculturas antropomorfas (algo que no se da en la ciudad sagrada de Caral o en Áspero).
Parece que el cambio climático que acabó con algunas variedades de pescado o con algunos cultivos que supusieron la dieta básica de esta cultura, empujó a los habitantes de Caral a este enclave estratégico que tiene a la costa del Pacífico a un margen, y al Valle del río Huara al otro.
Nuestra llegada coincidió con el inicio de las celebraciones por el Vichama Raymi, que tuvo lugar entre el 31 de agosto y el 1 de setiembre de este 2018 por el 11º aniversario de la puesta en valor del sitio arqueológico local.
El ambiente festivo se apoderó del pequeño enclave de no más de 4,200 habitantes, que vibró con un pasacalles que fue llevando el sonido de los tambores, bombos y quenas, desde el centro de la Plaza de Armas hasta el interior del complejo de Vichama.
El ambiente -ya de por sí mágico- se tornó casi místico al entrar la noche, gracias la iluminación de velas y una gran fogata ceremonial que presidía la plaza donde se realizaría la representación del mito de Vichama y un pago a la tierra para celebrar el nuevo aniversario y las importantes labores de los arqueólogos de la Zona Arqueológica Caral (ZAC).
El ambiente -ya de por sí mágico- se tornó casi místico al entrar la noche, gracias la iluminación de velas y una gran fogata ceremonial que presidía la plaza donde se realizaría la representación del mito de Vichama y un pago a la tierra para celebrar el nuevo aniversario y las importantes labores de los arqueólogos de la Zona Arqueológica Caral (ZAC).
El fuego ceremonial al que se entregaron ofrendas como flores, pescado seco, frutos u hojas de coca -provenientes de varias zonas del Perú- fue el preludio para el comienzo de todas las actividades que vendrían el día siguiente con la segunda jornada de celebraciones. Ese día también sería el momento de conocer el Museo del Sitio de Vichama y los secretos que guardan los templos con formas de pirámides del recinto arqueológico.
Museo Comunitario de Végueta
Temprano en la mañana acudimos al Museo Comunitario de Végueta. Este espacio fue inaugurado en febrero de 2008 con la exposición titulada: “Vichama, la ciudad escondida de Végueta, compartiendo con Caral 5000 años de Identidad Cultural”, de la mano de la Dra. Ruth Shady y el entonces alcalde José Luis Li Nonato.
El recorrido del lugar -además de por la Dra. Shady- está comandado por los arqueólogos peruanos de la ZAC José Bazán y Tatiana Abad, que van mostrando las salas mientras comentan que Vichama se convirtió -gracias al desarrollo previo que ya traía consigo la civilización Caral- en un importante centro ceremonial para los pobladores que huían de las hambrunas de años previos.
Es por ello que Vichama tiene características de Caral pero con particularidades propias; aunque es un asentamiento posterior en el tiempo dentro de esta civilización, aún no se encuentran restos de cerámica, ni se encuentras metales como el oro, lo que mostraría el desinterés por este material.
Algo que sí es un denominador común para toda la civilización Caral es la construcción de sus edificaciones usando la shicra, una especie de bolsa elaborada en fibra vegetal como el junco, que se rellena con tierra y varios tipos de piedra.
La importancia antisísima de la shicra es tal que tanto arqueólogos peruanos como una delegación de investigadores japoneses, llegaron a la zona de Caral para replicar esta tecnología en edificaciones reales del siglo XXI. Las investigaciones en nuestro país han continuado en universidades como la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Otro rasgo particular de los caralinos es que no eran belicistas, algo que se aprecia no solo en la inexistencia de espadas u otras armas, si no que sus ciudades no eran amuralladas ni poseían un sistema de defensa conocido. Por restos de fibra de alpaca sí podemos, no obstante, hablar de domesticación de camélidos y comercio de otros productos alejados del Valle de Huaura como spondylus (conchas marinas del sur de Ecuador) o plumas de huacamayo.
Sobre el 2,800 a.C. hubo un importante cambio climático que hizo que los habitantes de Vichama modificaran sus hábitos alimentarios. Aunque como ya citamos, no se encontraron cerámicas en Vichama, sí se han descubierto estatuillas de personajes femeninos centrales junto a varones, lo que ya nos habla del importante rol de la mujer en la cultura de la época, en la que se desempeñaban como gobernantes o sacerdotisas.
Los mantos y colores en el rostro de estas mujeres hablan además de su elevado estatus social. Dos estatuillas que fueron descubiertas en un centro de ofrendas en Miralla hablan además de la equidad de género que se dio en la época.
Antes de partir del Museo Comunitario de Végueta, la Dra Ruth Shady muestra ante las cámaras una plancha gigante en la que está impreso el famoso mural de 3,800 años que se ha presentado recientemente a los medios de comunicación. El resumen ya lo han escuchado todos previamente: dos serpientes o deidades del agua que se adentran en la tierra y que serpentean entre dos rostros humanos con los ojos cerrados, que encuadran una semilla humanizada que está brotando. Pero será un poco más adelante que podremos apreciar esta joya con nuestros propios ojos.
Llegando al Sitio Arqueológico de Vichama
El plato fuerte llegará al mediodía del segundo día, en el que acompañamos a la Dra Shady al Centro Arqueológico que se encuentra en Végueta. Este fértil enclave que se encuentra entre el océano y el Valle de Huaura es conocido por la variedad de sus cultivos (destacando el espárrago o la alcachofa), su pesca tradicional y el conocido algodón nativo de colores.
Antes de comenzar hay que decir que este espacio arqueológico comprende 136 hectáreas de las que solo se encuentran en investigación 26. Dentro de estas 26 hectáreas podemos encontrar 16 edificios bien definidos, más -como no podía ser de otra forma- las famosas plazas circulares características de la cultura Caral.
Además de estas plazas y como las ciudades de Caral o Áspero, encontraremos en Vichama salones u otros edificios residenciales. Dentro del asentamiento hay una sección baja donde destaca el edificio principal de Las Cornisas, donde existen relieves murales de la época de crisis.
Relieve del Sapo Humanizado que surge de un muro alto del salón del edificio de las cornisas |
Detalle de la danza de "niños famélicos" en el edificio de las cornisas |
Este templo tuvo varias remodelaciones y será en una anterior etapa en la que se encontraba este muro, que quedaría cubierto de barro. Uno de los problemas actuales es que no existe una rampa para que los turistas contemplen los relieves, pese a los llamados de la ZAC a las autoridades del Ministerio de Cultura. Es algo que no debería demorar, sonríe Shady a los visitantes.
En el lado oeste del lugar tenemos el sector C, que domina el edificio de Las Chakanas (por tener un muro con la forma de la famosa cruz andina que se repetiría en todo un patrón). Desde la parte alta del sitio tendremos edificio principal de mayor tamaño y que posee unas mejores vistas al mar y el Valle de Huaura. Este edificio está al cargo del arqueólogo Carlos Barrientos. Posee varias secciones y se encuentra muy ligado a la agricultura. Aquí se encontró un textil con arte plumario que viene de zonas alejadas y que presumiblemente perteneció a algún líder de este espacio.
Si bien -explica Barrientos- en los edificios se han dado cambios, ampliaciones o construcción de nuevas edificaciones, parece que la petición al favor de los dioses para una mejora en los cultivos y el cambio climático, hizo que se dieran otros cambios más radicales como el cambio de orientación.
Vichama Raymi
Las fiestas en Vichama no pararon tras la visita, y siguieron una serie de actividades como presentaciones artísticas de la población local: Centro Cultural Illari de Huaura; Compañía Folklórica Sonqo Perú; Agrupación Cultural Perú Llacta; Agrupación Capoeira Végueta; Banda “Inmaculada Concepción” de Huacho y Orquesta “San Juan Bautista de Végueta”; así como de escenografías creadas por los trabajadores de la ZAC y de artistas invitados, inspiradas en la historia local.
El espectáculo tuvo su fin con una Marinera norteña con caballos de paso del Fundo “El Olivar”, de Alfredo Anduaga, y con las palabras de clausura de la Dra. Ruth Shady.
Sin duda un fecha para enmarcar y que depara el descubrimiento de otros muchos tesoros en la ciudad agropesquera de Vichama.
Francis, Viajes del Perú
Septiembre del 208
info@viajesdelperu.com
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