Los puneños -divididos en comunidades quechuas y aimaras que viven en armonía en la región- zapatean al ritmo de instrumentos de viento que tocan durante horas populares huaynos (ritmos de folclor andino), y apilan cientos de botellas de cerveza en los costados de las calles.
En los desfiles que se desplazan por todas la ciudad bailan hasta 40 mil danzantes al compás de 200 bandas, con trajes de un colorido luminoso en el que se mezclan sombreros, lentejuelas, polleras bordadas y grandes máscaras de metal que recuerdan a personajes españoles, diablos u otros espíritus de la cosmovisión altiplánica.
Foto: Ministerio de Cultura del Perú |
Antes de la misa, los Sikuris del barrio Mañazo (agrupación musical puneña) sacrificaron un toro que será distribuido como alimento para los danzantes durante la fiesta. Este sacrificio tiene que ver con la relación simbólica entre los fundadores del conjunto y la ganadería, en una zona en la que la Pachamama tiene tanto valor como la fe por la religión católica.
Se espera que las celebraciones de La Candelaria 2018 convoque a más de 100 mil visitantes a la ciudad de Puno, según datos de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo de Puno.
El día central será mañana 2 de febrero, en el que se recibirá la visita del flamante Ministro de Cultura del Perú, Alejandro Neyra, aunque las celebraciones se extenderán durante un par de semanas más alrededor de bailes, música, tambores, confetti y mucha alegría.
El próximo día 4 de febrero se prevé la presentación de un nutrido número de conjuntos de danzas autóctonas de la zona en el estadio Enrique Torres Belón. Están a tiempo de ir. La fiesta recién acaba de empezar.
Esteban, Viajes del Perú
Febrero del 2018
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