En el lugar, el verde de la tupida selva amazónica, el azul oscuro del mar pacífico y un marrón característico de la tierra fértil se juntaron para mostrar la amplia diversidad cultural que existe en el país.
Este año se celebra la undécima edición de dicha feria, en la cual turistas extranjeros y nacionales pueden apreciar obras de arte que no conseguirían en un museo de París o Italia, sino aquí, un pequeño y exótico rincón de Sudamérica.
Pero en este lugar no hay solo arte sino historia, pasión y trabajo duro, trabajo que es producto de una larga cadena de enseñanza entre generaciones.
Tuve la oportunidad de conversar con Don Agustín Piminchumo, una leyenda viviente, el último artesano de la totora como ahora lo llaman -nombre bien merecido- pues este hombre de mirada caída y andar titubeante, ha dedicado más de la mitad de su vida a tejer esta fibra que nace en las riveras de los ríos, y a respetar la forma en que sus ancestros, los Mochica, la trabajaban hace más de tres mil años.
Me muestra con sus manos, agrietadas por el duro pasar de los años, una pequeña embarcación y me cuenta que es en esta en donde todos los años pasean a San Pedro, patrono de su ciudad.
Agustín estuvo perdido en el mar ocho días y asegura que fue su devoción lo que salvo de una muerte segura, desde entonces ha sido su misión celebrar las fiestas de este santo sacándolo a pasear en su propio yatecito de totora (llamado patacho).
Sin embargo, a pesar de haber sido distinguido este año como Personalidad Meritoria de Cultura por su trayectoria artística, Don Piminchumo lamenta que su propio Huanchaco natal falle en reconocer la importancia de su labor. Según me dice, su mayor deseo es poder transmitir su conocimiento a los más jóvenes para que esta milenaria costumbre no se pierda.
José Gálvez Quispe es el segundo artista distinguido de la feria, viene de Huamanga (Ayacucho) y su trabajo desde muy joven ha sido el tallado de la piedra. Asegura que al principio no fue fácil pero el talento nato de su padre lo inspiro a seguir intentándolo.
Hoy, después de 40 años de esfuerzo constante, su obra de tallado en piedra de Huamanga se ha convertido en la expresión plástica de la cultura ayacuchana más importante del Perú, merito que no solo lleva él sino su familia. Planea instruir a sus hijos y nietos pues asegura que la vena artística es hereditaria y que cualquier ser humano es capaz de crear cosas hermosas.
Un intenso olor a madera y yeso inunda la sala del segundo piso, viene del colorido puestito de Joaquín López, ahí se acomodan cruces, cajitas y pequeños retablos con figuras que representan el nacimiento de Jesús si es que este hubiese ocurrido en Ayacucho.
Joaquín trabaja el cedro para hacer los esqueletos de sus retablos y luego, con mucha paciencia, moldea con yeso cada uno de los personajes que participan de escenas tales como la marcación del ganado. Su sobrina, Patricia Mendoza, me explica que en su ciudad natal, el señor López tiene una casa museo y que allí imparten clases para personas de todas las edades en su comunidad.
En el otro extremo del salón, Rafael Castrillón apila camas que parecen hechas para un recién nacido y al lado mecedoras del mismo tamaño, se dedica a fabricar juguetes de madera, un oficio casi completamente extinto hoy en día. No obstante, el señor Castrillón tiene su propio taller y su lema es que cualquier cosa que se dibuje puede pasarse a la madera.
Antes de partir, me doy una última vuelta por la feria, tomando un instante para apreciar la cantidad de mundo que cabe en un espacio tan pequeño. Algunas tejedoras de Apurímac se sientan en el piso con una canastita llena de hilos de colores fosforescentes, les pregunto en qué inspiran sus diseños y dicen que todos tienen un nombre como “Huella de Llama” o “Ala de Mariposa”.
Además, aseguran que la feria es una oportunidad muy importante para ellas de vender pues, así como la mayoría de los exponentes, esta es la forma en que llevan el pan a la mesa de sus hogares.
La feria cerrará sus puertas el próximo domingo 30 de Julio así que si estás en Lima, esta es una oportunidad que no puedes dejar pasar.
Estos artesanos están dispuestos a enseñarte su trabajo y hablar del mismo con aquel orgullo característico de quien representa a su país y su región. En un lugar increíble con creaciones que no defraudarán a nadie.
Ariana Lucena, Viajes del Perú
Julio del 2017
info@viajesdelperu.com
Hola. Una consulta, ¿me permites usar la primera imagen que publicaste en esta entrada? Gracias.
ResponderEliminarHola Fabito. Todas las imágenes del post las tomé de una nota de prensa del Ministerio de Cultura, por lo que entiendo que son libre de derechos. Siéntete libre de usarlas :)
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