Zapatos
No es muy difícil llegar a la meca de los zapatos peruanos. Dile al taxista que te lleve a la Alameda del Calzado, y prepárate para no saber cuándo parar de comprar.
Desde la alameda puedes seguir de frente, pasarás por Zona Franca que tiene ropa y eso, para llegar a una esquina donde se encuentra APIAT, siguiente lugar de compras de donde no querrás salir. En este último lugar también puedes comprar maletas y algunos sourvenirs.
Estos dos lugares son lo más nice en zapatos en Trujillo, ahora, si de pronto quieres lo mismo, pero en cuero extranjero o de diferente calidad, puedes cruzar y encontrar con un sinfín de tiendas pequeñas que tendrán de todo para ti.
Desde los zapatos para el quinceañero de tu prima, hasta las botas para hacer trekking en la siguiente ciudad de tu itinerario.
Si ya has pasado por Lima, puede que te des cuenta que no venden los mismos zapatos en la capital que aquí en el norte. Dice la leyenda que los norteños son los que marcan la pauta en la moda, y es por eso que cuando buscaba botas de felpa mi casera (y es que uno se vuelve amiga de la que está poniendo lo más bonito en tus pies) me dijo: "Hijita, eso ya pasó de moda, ahora se usan botas militares, como las que tienes".
Punto a favor porque por primera vez en mis 24 años me he sentido a la moda, punto en contra porque en serio me gustan las botas de felpa.
Comida
Si lo tuyo no es comprar zapatos, pero sí es comer, déjame que te cuente al respecto. Yo siempre tendré una debilidad – la descubrí precisamente en Trujillo hace unos años – y es el helado de higo de Trujillo. El Chileno es una de las heladerías más antiguas y tradicionales en esta ciudad norteña donde podrás degustar este manjar de los dioses.
Para tomar desayuno hay mucho para escoger, y con seguridad puedes caer en cualquier lugar que oferte desayunos y serás feliz, lo más probable es que tu hotel ofrezca algo in house, pero si quieres aventurarte, te cuento de dos lugares muy buenos.
El primero queda en el mercado mayorista de Trujillo. Pídele al taxista que te deje en la puerta 7 del mercado, queda por la calle Eguren, luego camina en línea recta hasta llegar al “patio de comidas”, estando ahí busca el puesto de Doña Nelly, no te vas a arrepentir.
Llevo tantos años yendo que ya no tengo que hacer pedido, sabe lo que quiero, y lo mejor, le quita la cebolla a mi lomo saltado porque sabe que me da cosita comerla. Recomendación: un café cargado, con pan con chicharrón, y si aún no se acaba, pan con salchicha huachana, me lo vas a agradecer.
Si no quieres ir al mercado porque no es lo tuyo, puedes ir al Rincón de Vallejo – si no sabes quién es él, es mejor que empieces a googlearlo. AHORA.
Por último, no puedes dejar la ciudad sin llevar los dulces típicos, tienes el King Kong (no hablo del simio) en diferentes sabores, para mí el más rico es el de manjar puro, también tienes los bizcochos, alfajores, merengues y por último, las chancaquitas de leche.
Las chancaquitas son de lejos lo mejor y más adictivo que Trujillo produce, luego de los zapatos, claro está.
Hay muchas marcas locales, mientras caminas por el centro encontrarás diferentes tiendas que venden lo que te mencioné y aún más, pero si tengo que recomendar un lugar en especial, es la Dulcería La Libertad. En su tienda principal también tienen un pequeño museo con piezas antiguas de la ciudad.
Trujillo te espera, solo no te comas todas las chancaquitas, ¡me pertenecen a mí, por contarte sobre ellas!
RandomAna, Viajes del Perú
Octubre del 2017
info@viajesdelperu.com
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